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Vida adulta a los 18 años: la realidad de los adolescentes que dejan de estar bajo amparo de INAU

INAU proyecta ampliar su cobertura para acompañar a jóvenes que egresan del amparo del Estado, pero la disponibilidad depende del presupuesto a asignar.

Los 18 años son un mojón en la vida de cualquier adolescente, pero en la vida de los jóvenes al cuidado del Estado, más. Con la mayoría de edad llega una serie de responsabilidades que la sociedad reserva para los jóvenes de veintitantos.

Al cumplir 18 años, los jóvenes bajo cuidado del Estado tienen que independizarse. Ya no pueden pernoctar en los hogares y deben afrontar una vida adulta. Únicamente un 30% dispone de apoyo económico y acompañamiento. Actualmente, hay un proyecto de ley para extender la ayuda a todos los que la requieren. Sin embargo, la asignación presupuestal para INAU determinará la capacidad de ampliar la respuesta.

"Llega el momento de los 18, yo estaba estudiando electricidad en ese momento, y un poco salió una beca del Estado para pasante administrativo dentro del Ministerio de Vivienda, y un poco me fui a vivir con mi hermano, estuve unos meses, de ahí viajaba a San José a trabajar y ahí fue que arranqué un poco, pero el proceso del egreso en sí no existió, porque yo estaba en el interior, y no había cupo para eso", cuenta Miguel de los Santos.

En Montevideo hay tres organizaciones no gubernamentales que en convenio con INAU acompañan y otorgan dinero cada semana. Alcanza solo a 100 de los 400 que egresan cada año del sistema de protección. El acompañamiento para los que cuentan con esa oportunidad puede extenderse hasta los 21, 22 años dependiendo del caso.

Belén recibió hasta hace unos meses 1.500 pesos por semana para compras del hogar. Su ayuda también cubrió el pago del residencial estudiantil.

"Con el acompañamiento, lo que recibí fue más el tema de cuando me mudé, cómo arreglarme bien con las compras, porque soy un poquito desorganizada. Entonces fue mucho de que el primer día me hayan ayudado bastante. Pensar bien lo que iba a comprar para la comida y las cosas de higiene y todas esas cosas, que me duraran y todo eso. Y también el tema del manejo de la plata, porque en principio yo no manejaba plata. Entonces es otra nueva etapa", explica.

Está en busca de trabajo. Reconoce que el mercado exige una experiencia laboral que no tiene. Estudia diseño industrial textil y le descontinuaron la beca del Fondo de Solidaridad por un tema de créditos.

Nicole recuerda la sensación de soledad de las primeras noches en la residencia.

"La soledad absoluta de levantarte sola, de cocinarte sola, de comprarte las cosas y pensar qué vas a cocinar de noche y a la merienda, y el almuerzo, y organizarte un poquito los horarios. No lo hice bien", comparte, entre risas.

Destaca el acompañamiento de sus referentes y el aprendizaje de compatibilizar la libertad con los límites. Afirma estar "orgullosa" de la mujer en la que se convirtió.

Juntas integran la red de egresados, una iniciativa que procura consagrar el apoyo económico y el acompañamiento social a todos los adolescentes que egresan del INAU.

"La mayoría no salen con el bachillerato completo, ni siquiera a veces con ciclo básico completo, y eso es preocupante, porque tienen 18 años, no tienen estudios, no tienen experiencia laboral, y se tiran al rubro laboral. ¿A quién van a tomar? A ellos no", reflexiona.

Actualmente hay un proyecto de ley del diputado colorado Carlos Rydstrom, que es una continuidad de la iniciativa de la exsenadora Carmen Sanguinetti. El objetivo es establecer una prestación de entre 13 mil y 30 mil pesos mensuales a todos los jóvenes en estas condiciones.

INAU proyecta ampliar su cobertura, pero la disponibilidad depende del presupuesto a asignar.

La presidenta de INAU, Claudia Romero, subraya que se requiere una acción intersectorial: Ministerio de Vivienda, Instituto de la Juventud, Atención en Salud Mental y confirmó que el plan de empleos protegidos generará un cupo para egresados de INAU.

"Es un tema que siempre vamos por detrás de lo que deberíamos ir. Aproximadamente 400 adolescentes que egresan por año, y aproximadamente damos atención como deberíamos darla, a un poco más de 100. Obviamente que esto nos interpela, sobre todo para una administración que tiene su luz puesta en los adolescentes también, porque creemos que es una población que ha sido frecuentemente abandonada y requiere de nuestra atención", considera.

Aldeas Infantiles es una de las ONG que trabaja en esta etapa de la vida de los adolescentes. Su directora, Verónica Burstin, expone la relevancia de intervenir de forma anticipada en el denominado "preegreso".

"Los chicos que formaron parte del sistema de protección especial y que egresan de las instituciones, son chicos. Madurativamente tal vez no están prontos para una independencia, pero fundamentalmente materialmente no están prontos. No olvidemos que son chicos que muchas veces tienen un rezago educativo, que no tienen a veces las condiciones para integrarse al mundo laboral, que muchas veces salen sin ninguna referencia familiar, ni contactos o tal vez lo más terrible es esa sensación que se da en los egresados del sistema de protección en general, de no tener a donde regresar", explica Burstin.

El proyecto “Hijos del sistema” pasó de un podcast a una red y ofrece oportunidades laborales, capacitaciones, terapia, tutorías para terminar el liceo y más.

Alejandra Genta, parte del proyecto, cuenta que buscan darles becas de formaciones que tengan rápida inserción laboral, por ejemplo, como baristas.

"Gracias a esa beca varios de ellos ya tuvieron su primera experiencia laboral, que no es pavada", afirma.

Intervienen en la vida de 40 adolescentes y convoca a quienes puedan colaborar para generar más oportunidades.

INAU EGRESO

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