Un lunes en que el único color posible es el celeste
Uruguay es campeón, no se habla de otra cosa. De los festejos, los goles, la alegría de todo un país que esperaba este campeonato. Aquí un repaso para seguir celebrando.
No hay otro tema de conversación. En el trabajo, en el ómnibus, en la calle, en las redes sociales. Uruguay es campeón de América y acapara la atención de los uruguayos. Y por eso, para que este lunes celeste siga siendo una fiesta, revivimos la Copa, los goles, las imágenes, la consagración y los festejos.
El camino empezó el 4 de julio, cuando Uruguay, favorito, no pudo con Perú y el partido terminó en empate 1 a 1. El gol fue de Luis Suárez, que comenzaba a mostrar que esta era su copa.
Tabárez quiere que los triunfos celestes "ayuden a la sociedad"
En la previa del partido ante Chile, que sería el segundo escalón de la Copa para Uruguay, Luis Suárez conversó con Roberto Moar en Mendoza y le contó que era un sueño para él que su hija lo viera campeón de la Copa. Y así fue, Delfina, con su año de vida, no sólo tiene un papá campeón, sino que además mejor jugador del torneo.
A cuatro días del debut, llegaron los trasandinos y un nuevo empate 1 a 1. Esta ya era la copa de los empates y las sorpresas. Los favoritos no podían con los más débiles y en el grupo de Uruguay, la cosa no era diferente. Un partido con cambios: Sebastián Coates debutó como titular en la selección, sin pensar que al final del torneo sería elegido el mejor jugador joven, la revelación de la Copa América 2011.
Y el empate ante Chile no sólo dejó a Uruguay obligado a ganar en el último partido, ante México. La celeste ganó el partido, clasificó a Cuartos de Final y nada menos que para enfrentar a los locales. Un partido esperadísimo, el clásico del Río de la Plata.
Pero en el medio, hubo un hecho destacado para los celestes: "Palito" Pereira fue papá de Lucio, que nació en la ciudad de Plata y trajo, como dijo el papá, "una panadería abajo del brazo".
En Argentina daban el partido por ganado. Todos: la gente, la prensa y los jugadores estaban seguros de que la copa seguía para los albicelestes. Además, los hinchas argentinos se preparaban para la venganza amorosa de Zaira Nara.
Pero Uruguay, una vez más, les arruinó la fiesta. La celeste hizo un partido inolvidable, Fernando Muslera fue la figura de la cancha y Tabárez aseguró que "nos merecíamos un partido así".
Ahora se venía la semifinal ante Perú, el equipo de Sergio Markarián, que conocía mucho a la celeste y al que había que temerle. Tabárez armó un equipo fuerte para ir ante los incaicos, mucha marca en el medio campo y Forlán y Suárez arriba, para marcar la diferencia.
Pero una vez más, antes del partido, un celeste fue papá: esta vez, Maxi Pereira. Y fueron mellizos! La suerte seguía llegando para una selección celeste que demostraba cada vez más, que caminaba a paso de campeón.
Y la celeste salió a la cancha y ganó una vez más. Con claridad, Uruguay fue más que Perú y ganó 2 a 0, con dos goles de Luis Suárez. La celeste estaba en la final y Montevideo vibró con la clasificación.
Ahora solo quedaba un partido: la final ante Paraguay, para alcanzar la gloria. 90 minutos más y Uruguay se convertiría en el equipo más laureado del continente, al obtener su 15° Copa América.
Y llegó Paraguay, el gol de Suárez, los goles de Forlán, la gloria, la copa y los festejos.
Las calles de Montevideo explotaron
Los jugadores fueron al Estadio en caravana, la gente los acompañó, les llevó comida en respuesta al pedido de Diego Forlán y durante más de dos horas la gente pudo agradecerles.
Y el final de fiesta fue en el Centenario. Más de 40.000 personas esperando a los campeones, que agradecieron y dedicaron el triunfo al pueblo uruguayo.
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