El 51% de asesinatos no aclarados en Montevideo se concentran en 7 barrios

Un análisis de la Fiscalía de Corte señala que víctimas son hombres jóvenes atacados en la vía pública. Del ajuste de cuenta de la territorialización

El 51% de los asesinatos no aclarados en Montevideo se concentran en siete barrios, según un informe de la Unidad de Análisis de la Fiscalía Nacional de Corte.

En un período de 16 meses -todo 2016 y primer trimestre de 2017- se registraron 202 homicidios, de los cuales 82% tienen lugar en la periferia.

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El fiscal Jorge Díaz dijo a Subrayado que se trata de un área delimitada por las Zonas Operaciones 3 y 4.

Los barrios son Casavalle, Peñarol-Lavalleja, Flor de Maroñas, Cerro, La Paloma, Casabó, Pajas Blancas.

Díaz comentó que Montevideo vive una dualidad en todos los delitos, pero especialmente en los homicidios. El promedio en la capital uruguaya es de 10.6 homicidios cada 100.000 habitantes.

Pero una cosa es lo que viven los habitantes de la zona costera del centro hacia el este y otra la que se registra en el oeste de la ciudad.

Mientras que la faja costera está por debajo de los 6 homicidios cada 100.000 habitantes, en estos barrios del oeste las cifras alcanzan el 23 cada 100.00 habitantes.

"En un lado son índices europeos, en el otro se parecen más a otras partes del latinoamérica", comentó el fiscal.

Se trata de muertes que se parecen mucho entre sí: las víctimas son hombres jóvenes, abordados en la calle. Según los testimonios por otros hombres en motos.

El 93% de las víctimas son hombres. El 45% de esas personas son jovenes de hasta 29 años.

El 32% tenía netre 30 y 49 años. Los menores de 18 años representan un 6% y los mayores de 50 años un 16%.

El 86% de los homicidios se registró con armas de fuego.

El documento de Fiscalía señala que, de todas las zonas, Casavalle es la que presenta "patrones delictivos singulares y distintos".

No obstante, el análisis de antropólogo Eduardo Álvarez Pedrossian señala que más de la realidades múltiples y una pobreza y exclusión que homogenizan no permiten establecer que el repertorio de homicidios sea manejado por grandes organizaciones criminales.

Los homicidios que ocurrieron en Casavalle en ese período "responden más a situaciones de violencia y conflictividad diversa", sin perjuicio de que algunos casos responsan "a lógicas típicas de los conflictos criminales".

En su momento, las autoridades del Ministerio del Interior vincularon el incremento de los homicidios a los ajustes de cuenta entre bandas.

Pero ahora el propio ministro Bonomi ha dicho que se entró en una etapa distinta en la que pesa el concepto de "territorialización" que es una segunda etapa que sigue a la aparición del sicariato, los enterramientos y otros fenómenos asociados.

"Quedó superado el mero ajuste de cuentas, ahora es otra cosa, ahora es una guerra. Ese es el problema", dijo el secretario de Estado.

Los informes del Ministerio del Interior dan cuenta que hay disputas entre bandas conocidas. En Cerro Norte ha sido continua la lucha entre la banda de "Betito" Suárez -recientemente liberado- y los hermanos Alvariza.

En Marconi gobiernan "Los Bartolo", "Chelo" Panizzi en Casavalle, los Algorta en 40 Semanas, "Los Caquitos" en Chacarita de los Padres, entre otros grupos criminales.

Para la Policía es un hecho cierto la existencia de estas organizaciones pero también es real que muchas de las muertes obedecen a impulsos personales o de pequeñas  facciones del grupo mayor, señala el director de la Policía Nacional, Mario Layera. 

Los grados de organización no son tan importantes en general. Se trata de grupos de 20 a 50 personas en donde hay jerarquías de hecho. Pero no hay cúpulas que decidan orgánicamente los ajustes de cuenta. 

De todos modos se ha podido detectar que bandas como "Los Bartolo" pagan gastos de algunas familias del barrio para fidelizar y reclutar a sus miembros más jóvenes.

Toda esta situación no está desprendida de una crisis de valores general que también toca a Uruguay.

Un informe del exdirector de Policía, el fallecido Inspector Julio Guarteche, dio cuenta que desde 2003 a 2015 había registradas unas 60.00 personas que cometieron delitos en Uruguay.

La lista mostraba predominancias en modus operandi: 43.000 ladrones comunes, 8.000 rapiñeros, 3.000 homicidas, 330 copadores, entre muchas especialidades.

Muchas de estas personas deben formar parte de la notable población carcelaria actual compuesta por más de 11.000 personas.

Pero hay que tener en cuenta que la enorme mayoría saldrán a la calle y que el índice de reincidencia ronda el 53%.

 

 

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