Detenido se quedó dormido en el juzgado y fugó vestido de policía en taxi

La increíble historia ocurrió en la sede penal de Bartolomé Mitre. La familia del prófugo lo entregó a las autoridades.

El insólito hecho ocurrió entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, en el juzgado de Bartolomé Mitre, catalogado como el de mayor seguridad del país, donde usualmente van a declarar los delincuentes más peligrosos.

El jueves a la mañana, llegaron 11 detenidos a declarar por diferentes hechos a los que estaban relacionados.

Todos permanecieron en la sede hasta la noche porque la camioneta que los trasladaría nuevamente tenía que esperar que todos declararan para luego irse.

Fue así, que durante la tarde, uno de los internos solicitó tomar su medicación diaria, la cual le fue suministrada en tiempo y forma.

Este medicamento, usualmente le provoca sueño al recluso, según indicaron fuentes policiales.

Justamente, fue lo que pasó en el carcelaje del juzgado: el hombre se durmió profundamente por algunas horas.

Eran las 20:00 y el recluso seguía en la misma situación, pero con la diferencia de que en el carcelaje del juzgado ya no quedaba nadie más. Los otros detenidos ya habían sido trasladados.

Ni los policías, ni el personal vinculado al Poder Judicial, notaron la presencia del hombre dormido dentro de la celda, que ya tenía la reja de acceso abierta.

Siguió corriendo el reloj.

El personal del edificio de Bartolomé Mitre comenzó a irse, pues ya habían cumplido su jornada laboral. Jueces, fiscales, policías, y hasta las limpiadoras del lugar abandonaron la sede sin advertir que el preso estaba allí durmiendo.

Se hizo la medianoche, y los minutos siguieron corriendo. Las luces de todo el juzgado estaban apagadas.

El detenido se despertó, y sin entender mucho lo que estaba sucediendo, comenzó a caminar por los pasillos de la sede penal, entre expedientes y escritorios de los magistrados de turno.

En determinado momento, el hombre advirtió que una puerta se encontraba cerrada y la forzó. Logró entrar, sin imaginar que allí se encontraba la comisaría del juzgado.

El recluso, sin salirse de su tranquilidad, se vistió con la indumentaria policial del comisario, hasta con el chaleco antibalas, y siguió camino.

Llegó hasta el patio y buscó un lugar para poder fugar. Saltó el muro que se encuentra sobre la calle Bartolomé Mitre y caminó en búsqueda de un taxi, pues se había dado cuenta que dentro del saco del comisario había 6.000 pesos.

Ya eran las 2:00 de la mañana. El hombre tocó la puerta de su casa, y fue recibido por un familiar que no daba crédito de lo que estaba viendo a esa hora de la madrugada.

Luego de varias idas y vueltas, la familia del prófugo, resolvió entregarlo al otro día ante las autoridades, así como también la indumentaria policial del comisario y el dinero que llevaba en su chaqueta.

En diálogo con Subrayado, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Gonzalo Larrosa, aclaró que el hombre que se fugó del juzgado estaba en la sede penal en calidad de detenido y que no se trataba de un recluso alojado en centros del INR.

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