Tomaron a los hijos de rehenes en siniestro copamiento en Salinas

El hijo debió rogar por la vida de su madre ante los impertérritos delincuentes. Se llevaron 62.000 dólares en joyas, $40.000 en dinero, y el auto.

Dos de los hermanos estaban en el patio de la casa, junto a sus amigos, esperando a su madre.

Cuando la adolescente levantó la mirada, advirtió la presencia de un encapuchado. Pensó que era su tío, pero inmediamente mostró sus intenciones.

La joven vio que uno de los asaltantes retenía a su hermano, mientras otro le gritaba “adentro, esto es un robo”.

Los dos adolescentes entraron junto a sus amigos, se reunieron con la tercera hermana y los metieron en el cuarto principal, que sería el lugar de su encierro y donde vivirían uno de los momentos más aterradores de su vida. 

Una vez allí, les avisaron que no iban a hacerles daño, pero que debían buscar plata en la habitación.

En ese momento no encontraron dinero, pero sí una caja de relojes que eran coleccionados por el padre de los adolescentes.

Estaban por irse del lugar liberando a los chicos, cuando escucharon que la dueña de casa entraba al jardín.

Acto seguido los ataron con cinturones, y les dijeron que no hicieran ruido, advirtiéndoles “nosotros sólo queremos plata (…) no los vamos a violar, no los vamos a lastimar y no los vamos a matar. Y no se hagan los héroes porque los héroes están todos en el cementerio” narró la adolescente.

Cuando la madre ingresó a la casa apareció uno de los encapuchados, y ella pensó que se trataba de alguno de los amigos de sus hijos haciendo una broma. Tanto así que le preguntó “a qué están jugando”, y el hombre le respondió “¿no te das cuenta que es un robo?”.

Obligaron a la mujer a entrar al dormitorio principal, donde vio que los delincuentes apuntaban con armas de fuego a sus hijos y a sus amigos, que a su vez estaban atados.

Ella entró en estado de shock, según cuenta, y salió corriendo de la casa para pedir ayuda.

Uno de los delincuentes salió detrás de ella, no sin antes decirle a sus hijos “ta ta, la voy a limpiar, no entiende que es un robo”. Ante esto, el hijo se arrodilló y rogó por la vida de su madre, uniendo las manos como en un rezo y diciéndole al malviviente “por favor no la mates que es lo único que tengo, por favor, no la mates”.

El hombre salió tras la madre, pero no la mató. Ella volvió a ingresar a la casa, e intentó varias veces abrir la caja fuerte, sin éxito a causa de los nervios.

Según narró a Subrayado la madre de los niños, el ladrón, haciendo gala de un cinismo siniestro, le dijo “tranquilizate y abrila porque limpio a tus hijos, pensá en tus hijos. La vida de tus hijos no la recuperás más, y el dinero sí”.

Se llevaron 62.000 dólares en joyas, 40.000 pesos en dinero, y el auto.

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