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¿Quién es Amodio, el traidor tupamaro de la carta misteriosa?
El País y La Diaria recibieron una curiosa carta atribuida al exjefe guerrillero y no la publicaron. El personaje de leyenda detrás de la operación
El primer medio en hacer pública la existencia de la carta fue el diario El Observador, a cuya redacción no había llegado la misiva. Su portal de noticias publicó ayer que la carta estaba en poder de El País y que no había sido publicada. La nota mencionaba la “expectación” del gobierno sobre las supuestas revelaciones de Amodio.
El Observador informó también que el medio había solicitado la opinión de expertos, y que incluso acudió a un perito calígrafo para saber si la firma atribuida a Amodio era verdadera.
Hoy en su edición de papel, El País confirmó que recibió la carta. En un sobre blanco remitido supuestamente desde España, figuraba una dirección en Buenos Aires. Según El País, el domicilio remitente era “André Touan. Av. de Mayo 725”. Un periodista de ese medio, agregó, comprobó que esa dirección no existe”.
Además se explicó que las dudas acerca de su origen y las verdaderas razones del mensaje generaron una investigación. Periodistas, investigadores, militares y extupamaros fueron consultados sobre los contenidos.
La Diaria agrega hoy nuevos elementos al episodio. Tras confirmar que también había recibido la misma carta, su editor Marcelo Pereira reveló que hizo sus propias consultas. A este periódico la misiva llegó entre el 26 y el 27 de marzo, al igual de lo que sucedió en El País. Pereira encontró algunas coincidencias al menos curiosas. La dirección en avenida de Mayo coincide con la de un clásico de Buenos Aires: el café Tortoni.
Después googleó “André Touan” y no encontró nada. Sí encontró a un tal “Jean Touan”, fundador del mítico Tortoni en 1858. Su biografía indica que el misterioso señor Touan vendió ese bar 20 años después de haberlo inaugurado.
La cita culta y evasiva no tiene ninguna relación con nada. Ni siquiera el sello de correo que remite a Madrid.
Mucha de la información está resumida en libros como “La piel del otro” de Hugo Fontana, una especie de biografía novelada de Amodio. El libro fue reeditado en 2012 luego de estar agotado durante años.
Según todas las menciones a la carta, Amodio, cuyo real paradero se desconoce desde 1972, habría formulado duras críticas al jefe de la organización Raúl Sendic y a algunos líderes actuales del gobierno como el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, por entonces uno de los lugartenientes y redactor de los principales documentos del MLN. Según trascendió, la carta intenta expiar culpas respecto a su condición de “entregador” de la organización y al mismo tiempo atribuir responsabilidades a la cúpula tupamara sobre la derrota militar.
Obrero gráfico y socialista en su origen, Amodio fue líder de la Columna 15, la principal unidad militar de los tupamaros. En 1972, habría decidido abandonar la organización.
Pasó de los máximos cargos al ostracismo. Los indicios de su renuncia a la vía militar y su estilo de vida -su gusto por el whisky, la ropa de marca y los cigarros importados rechinaban a Sendic- determinaron que fuera dado de baja de la dirección.
Si bien el contenido de la misiva no ha sido revelado aún, la mayoría los consultados indican que la carta podría ser auténtica. Lo que no cierra es la información y el supuesto por qué de esta reaparición.
Tanto La Diaria como El País coinciden en señalar que los contenidos de la carta no muestran nada nuevo ni revelaciones trascendentes sobre los hechos que determinaron la caída de los tupamaros. Incluso la posiciones adoptadas por Amodio acerca de su traición al MLN no resulta novedosa para sus excompañeros y los expertos en historia reciente. Tampoco sus críticas a la cúpula, con la que el exlíder mantuvo enfrentamientos en los años previos a la capitulación.
La vida de Amodio tiene verdaderos tintes literarios. Se sostiene que fue parte del asesinato del nazi prófugo Herbert Cukurs en 1965. Diversos testimonios aseguran que fue apoyo logístico del comando israelí que llevó a cabo la operación. Amodio y su primera esposa eran de origen judío, por lo que algunos de sus biógrafos creen que todo el tiempo trabajó para los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel.
La teoría parece improbable, ya que transcurrió mucho tiempo entre la fundación de El Coordinador, la entidad que desde 1963 agrupó a organizaciones “ultra” que luego dieron origen al MLN.
Durante su época de oro entre los tupamaros fue cuidado entre algodones. Cambió su fisonomía mediante cirugía estética para mantenerse en la clandestinidad. Sus primeras discrepancias con la cúpula fueron por la Cárcel del Pueblo, y por la falta de formación de las nuevas generaciones de tupamaros que que iban incorporando a la organización para ocupar lugares estratégicos. Para Amodio, el crecimiento numérico del MLN -y por consiguiente la falta de experiencia- había quebrado el secretismo, la compartimentación y la eficiencia en materia de combate.
Poco tiempo después de ser radiado, cayó preso. Uno de sus captores fue el oficial de inteligencia José Nino Gavazzo, hoy preso por delitos de lesa humanidad. Gavazzo y Amodio eran conocidos de la infancia, y eso pesó a la hora de que el líder tupamaro decidiera entregarle un documento sobre la organización que se llamó pomposamente “El libro de Amodio”. El exobrero gráfico escribió el texto en el Batallón Florida.
Muchos tupamaros que cayeron en la época dijeron ver a Amodio vestido como militar en operaciones de las Fuerzas Conjuntas. Para muchos ya era parte del ejército desde antes, para otros simplemente se ponía el uniforme de fajina para pasar inadvertido mientras señalaba a excompañeros de trinchera por las calles.
Sobre su paradero se sabe poco y nada, Negoció una salida del país (“donde se hable español”) con dinero para él y para quien era su compañera entonces, la también guerrillera Alicia Rey Morales. Al final el operativo de salida estuvo por fracasar. Apareció menos dinero del prometido, aunque Amodio y Rey Morales estaban jugados.
A mediados de los 80, grupos tupamaros lo ubicaron en España viviendo en una residencia estudiantil. Intentaron matarlo más de una vez, pero el hábil Amodio logró escapar con vida.
Sus paraderos a lo largo de los años fueron cada vez más exóticos. Una de las teorías es que se refugió en Israel. Otro de sus posibles destinos fue Centroamérica. De hecho, allí dicen haberlo visto periodistas holandeses en un ataque terrorista contra el Jefe de la Contra nicaragüense Edén Pastora en los años 80. Ninguno de estos extremos ha sido confirmado. La carta del fantasmagórico Amodio tampoco.
FOTO: El País
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