Williams Pintos niega cualquier vínculo con el ataque sexual y asesinato de Brissa González. Pero los videos de cámaras instaladas en la vía pública lo ubican primero solo y después con su eventual víctima en los lugares en los que ha dicho no estar.
Perfil del agresor: las señales previas que dio el acusado de matar a Brissa
Williams Pintos de 35 años (foto), había sido visto merodeando escuelas de su zona antes del episodio. Tiene antecedentes penales de abuso.
Lo ubican por ejemplo, en José Serrato a las 7.30 de la mañana, justo cuando Brissa -que había perdido el ómnibus- intentaba llegar a la escuela. Lo ubican, también en el peaje de Interbalnearia y en el balneario Las Vegas, a 14 kilómetros de la casa del homicida en Marindia.
Pintos, de 35 años, dio todos los indicios de que estaba en una etapa crítica.
El periódico de la Ciudad de la Costa "Diario de Arena" publicó un alerta sobre un Renault de color bordó merodeando en centros educativos.
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La publicación gratuita tiene una página de Facebook -con 8.000 adherentes- en la que el 15 de noviembre se dio cuenta de las denuncias acerca de la presencia de un hombre intentando subir niños a su vehículo.
Este dato es coincidente con la información recibida por el periodista Diego Píriz de Subrayado, quien habló de al menos dos casos. Uno de ambos terminó en denuncia policial en la seccional de Salinas.
El detenido tenía dos antecedentes penales por delitos sexuales. Por el primero terminó en el Vilardebo y luego fue derivado al Comcar (2004) y por el segundo caso fue enviado directamente al Comcar (2012).
Por violento atentado al pudor estuvo poco tiempo en la cárcel.
UN REGISTRO DE AGRESORES
Como señaló a Radio Carve el psicólogo forense Gustavo Álvarez, las personas que cometen delitos sexuales tienen altos niveles de reincidencia. Y como ocurre con otros delitos, el criminal va escalando en los niveles de violencia.
Según fuentes policiales, la primera vez Pintos fue sorprendido desvistiendo a una menor de edad. Treces años después, Brissa ya no corrió la misma suerte. La secuestró, la amarró, la violó y luego montó una particular escena del crimen: un poco de escasa profundidad en la que dejó a su víctima a la vista.
La investigación de delitos sexuales tiene su propia metodología y necesidades. No basta con los cercos judiciales y las pulseras electrónicas, a cuya mano pueden acudir las autoridades cuando el delincuente está bajo los términos de investigación judicial.
Así habló con Subrayado el forense Gustavo Álvarez:
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El problema de los criminales sexuales no sólo está allí, sino cuando la persona con antecedentes por estos delitos ya ha purgado su pena y está libre. Las particularidades del delito sexual, su alto nivel de reincidencia, hacen que cualquier control colisione con los derechos civiles.
A nivel internacional se estima que el 80% de los exreclusos por delitos sexuales vuelve a generar las condiciones para cometer un nuevo delito.
En varios países de Europa son sometidos a seguimiento a la salida de la cárcel, siempre bajo la voluntad de la persona. En todos los casos se aplican terapias individuales y/o de grupo. En otros se ataca directamente el tema fisiológico aplicando reductores de testosterona, por ejemplo.
Para la Policía tener una base de datos de personas con antecedentes permitiría mejorar la investigación, pero también sería una decisión polémica y estigmatizante.
El perito forense Agustín Romani reconoció a Inicio de Jornada que sería útil y viable tener un registro de agresores sexuales como ocurre en otros países.
Romani señala como características principales "la ausencia de miedo y de remordimiento". Dijo además que "no son fácilmente detectables" y que en general son sujetos "refractarios a los tratamientos" de rehabilitación.
A lo largo del tiempo van desarrollando habilidades para cometer los delitos.
"Son sujetos egocéntricos y hábiles manipuladores; saben captar la atención del niño", agregó.
Sin embargo, aclara: “No todos los psicópatas son perversos, ni todos los perversos son psicópatas”,
"En el caso de la perversión se compone de aspectos de índole sexual", explicó.
DISGUSTOS A LA PROPIA FAMILIA
Temeroso de un linchamiento público, el padre del detenido -un hombre octogenario- dijo sentirse devastado por los delitos cometidos por Williams, según dijo a Subrayado. No entiende cómo engendró un hijo así.
La familia pagó sus propias consecuencias por los actos del pasado. El hombre contó que su esposa falleció de un infarto. La segunda reclusión de Pintos le provocó una angustia y un disgusto que fulminó su estado de salud.
Después, padre e hijo se mudaron varias veces a raiz de incidentes protagonizados por el joven.
Actualmente trabajaba en un taxi. El día del asesinato publicó a las 23.15 una frase en su Facebook que genera conmoción y muchos mensajes de odio.
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FOTO: W.P. subía diariamente a su Facebook fotos suyas y de pensamientos de otros.
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