Jueza Graziuso explica procesamiento de taxiboy de Punta del Este

El joven de 18 años mató a un hombre de 59 años, argentino, con el que mantenía una relación. Se quería quedar con su auto. Marchó a prisión.

 

La jueza Adriana Graziuso procesó con prisión por homicidio muy especialmente agravado al joven Brandom M por la muerte del arquitecto argentino Horacio Sebaste, de 59 años de edad. 

Brandon M, de 18 años, mató al arquitecto cordobés para quedarse con su auto, un Citröen C4. De hecho, lo mató a las 22 horas en Punta del este y antes de deshacerse del cuerpo condujo hasta Montevideo para probar el vehículo y pasear, informó FM Gente.

El joven, que residía en el asentamiento Kennedy y trabajaba en una empresa de turismo, había dicho a sus amigos que su padre estaba por comprarle un lujoso auto matriculado en Argentina.

Finalmente fue procesado por  "homicidio especialmente agravado, por haberse cometido para consumar otro delito" y enviado a la cárcel de Las Rosas.  La pena es de entre 15 y 30 años de prisión.

El asesino confeso dejó perpleja a la jueza Adriana Graziuso al preguntarle si podría salir de prisión pagando una fianza.

Al recibir una respuesta negativa, Brandon M. mostró su particular visión de las hechos:  “¿Por qué no? Hace unos días un argentino que mató a una persona en un accidente de tránsito lo hizo”

Sebaste y Brandon se habían conocido en mayo último en un bar de Punta del Este. 

La víctima tenía 59 años, era casado y padre de dos hijos. Vivía con su familia en la localidad de Las Varillas, en la provincia de Córdoba. Cuando venía solo al edificio Siglosol, de Parada 3 de Playa Mansa, solía armar fiestas que generaban molestia en los pocos vecinos que viven todo el año en el lugar. De hecho, había recibido advertencias de los funcionarios y a raíz de un incidente protagonizado por él se habían colocado cámaras de seguridad, según la crónica de Clarín.

Por su parte, dos años antes Brandon había tenido un altercado con un diseñador de interiores que trabajaba para la familia Macri en Manantiales, también por el uso indebido de una camioneta.

Esa vez el tema se saldó con la intervención de su madre, y la denuncia fue levantada.

El gusto por los coches caros del joven contrastaba con su realidad. Testimonios recogidos por Clarín indican que Brandon solía ocultar su humilde origen a sus amigos y compañeros de trabajo. También negaba su condición de taxi boy. En los últimos meses estaba de novio con la hija de un dirigente blanco de Maldonado.

En la noche del sábado, Brandon cruzó la línea cuando decidió matar a Sebaste usando cloroformo. Primero lo golpeó hasta desvanecerlo y luego lo asfixió con la sustancia. Dejó el cuerpo en el apartamento y volvió en la madrugada dispuesto a tirarlo en la ruta 39 en el camino a San Carlos.

Usó un carro  para trasladar valijas del edificio a efectos de cargar a la víctima en el baúl del auto.

Cuando pensó que la noche iba a ampararlo en la impunidad, un asunto de violencia de género puso en alerta a la Policía y sin querer provocó su captura.

El servicio de emergencias 911 generó un operativo pinza en la ruta 39, donde se produjo el incidente entre la pareja.

El destino quiso que el Citröen pasara por allí. Ante la señal de alto de la Policía, Brandon aceleró. Unos kilómetros después fue  detenido.

Para entonces ya no se resistió.  En la cajuela del auto yacía el cuerpo sin vida del cordobés.

Foto: Fm Gente.

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