Humberto Severo, el folclorista asesinado por una guitarra

Tenía 62 años. Tenía dos hijos y cuatro nietos. Tuvo buenos momentos como artista y pensaba actuar en la Criolla del Prado. El asesino todavía anda suelto.

La mayoría de las veces la crónica policial no ahonda en la historia de la víctima. Sus datos quedan sumergidos debajo de las estadísticas, en algún dato suelto e impersonal sobre su estado civil, la edad, o inclusive las iniciales.

El jueves de noche fue asesinado de dos disparos en la cabeza Humberto Severo, de 62 años.

El diario La República consigna este fin de semana un perfil humano de la víctima.

Todos los asesinatos son inhumanos, pero este estuvo lleno de inusuales símbolos de crueldad. Antes de quitarle la vida, el delincuente le arrancó la guitarra.

Mary Suárez, pareja de la víctima, vivió momentos de enorme angustia. Ella y Humberto había ido a comer a la casa de los amigos con los que compartían el programa de radio.

Al salir, cruzaban Belloni cuando un hombre en moto se les atravesó en el camino. “Dame lo que tengas o te quemo”, le dijo.

Humberto le dio el instrumento sin decir nada. Mary le dio su mochila.

Cuando ella bajó la cabeza sintió un estallido y lo vio caer en un charco de sangre. El ladrón salió disparado por Carlos López.

La mujer grió y atinó a parar un taxi. Pidió al chofer que llamara al 911. La patrulla llegó pocos minutos después. Humberto tenía los ojos abiertos pero no registraba pulso. Ya era demasiado tarde cuando llegaron a la policlínica.

Severo no era un artista famoso, pero tenía sus seguidores. Cultivaba un perfil bajo y se daba el gusto de divulgar música popular desde la FM comunitaria Del Carmen.

En su vida tuvo buenos momentos como artista. Fue parte de un grupo “Tres para el folclore”, lo que le permitió vivir un tiempo de cantar y componer.

En otros momentos, había acompañado a Algo Monge y a María Martha Serra Lima. Compartió escenarios con Olga Delgrossi, Juan José de Mello o Cacho Labandera.

Ahora tenía que trabajar en otras cosas para vivir. Últimamente se desempeñaba, por ejemplo, como decorador de ambientes. Antes había sido chofer de embajadas.

Pero él querìa se le reconociera como músico, antes que nada.

Era padre de dos hijos y dejó cuatro nietos. Uno de sus hijos vive lejos, en Pensilvania, Estados Unidos.

“El Flaco” -como le llamaban los amigos- se aprestaba a participar en la Semana Criollla. Tenía algunas actuaciones pactadas para la ocasión. 

La seccional 17ª investiga el caso, pero sin pistas firmes.

Este es el video de Subrayado sobre el asesinato.

 

FOTO: Severo con su guitarra (La República)

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