En un nuevo episodio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Cámara de Representantes adoptó este viernes un proyecto de ley para relocalizar en territorio estadounidense los chips electrónicos, esenciales para la producción de teléfonos inteligentes y automóviles.
El Congreso da un paso para que EEUU sea más competitivo frente a China
En un nuevo episodio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Cámara de Representantes adoptó este viernes un proyecto de ley para relocalizar en territorio estadounidense los chips electrónicos, esenciales para la producción de teléfonos inteligentes y automóviles.
El texto fue votado, por 222 votos contra 210, pocas horas después de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, una muestra de la influencia china y que Estados Unidos ha boicoteado a nivel diplomático.
El "America COMPETES act" prevé una inversión de 52.000 millones de dólares (45.400 millones de euros) para revitalizar la industria estadounidense de semiconductores, que actualmente se fabrican principalmente en Asia.
Ya se adoptó un texto similar en el Senado en junio, votado por congresistas de ambos partidos. Pero habrá que armonizar los dos proyectos de ley y eso implicará largas negociaciones en el Capitolio.
Los chips informáticos son esenciales para una gran cantidad de sectores y productos que van desde automóviles y teléfonos inteligentes hasta equipos médicos y aspiradoras. Y la pandemia ha provocado una caída alarmante en las reservas de semiconductores.
El gobierno de Joe Biden asegura que esta escasez tiene un efecto directo en la inflación galopante en Estados Unidos y que afecta al índice de popularidad del presidente demócrata entre la opinión pública.
El proyecto de ley de la Cámara de Representantes también prevé liberar 45.000 millones de dólares (39.200 millones de euros) para fortalecer la cadena de suministro estadounidense.
Responde al "imperativo económico y de seguridad nacional de apoyar a la industria y a los trabajadores estadounidenses", afirmó este viernes la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Permite que Estados Unidos "no quede a merced de otros países", dijo en rueda de prensa.
Pero casi por unanimidad, los republicanos de la Cámara se opusieron al proyecto de ley, diciendo que no hace lo suficiente para que China rinda cuentas por sus violaciones de los derechos humanos y prevé demasiada inversión contra el cambio climático.
China, en una guerra comercial con Estados Unidos desde la era del expresidente Donald Trump, es uno de los pocos temas en los que el mandatario demócrata coincide con su predecesor republicano.
Pekín acusa por su parte a Washington de exagerar la llamada amenaza china.
La administración Biden exhorta al Congreso a que adopte rápidamente un texto final, con la aprobación de las dos cámaras, con la esperanza de poder presentar estas inversiones durante su discurso de política general del presidente, previsto el 1 de marzo.
Biden recalcó en enero el enorme potencial económico de estos chips. Puso como ejemplo los coches, de los que actualmente el 4% de sus componentes son semiconductores. En 2030, estos representarán el 20% de la fabricación de automóviles.
Biden quiere que los fabricantes relocalicen la producción en Estados Unidos y aboga por el "fabricado en Estados Unidos" ("made in America").
El gigante de chips Intel ya anunció la construcción de dos fábricas de semiconductores en Ohio, antiguo bastión de la producción de acero.
Uno de los apartados del proyecto de ley se refiere a Latinoamérica.
Se centra en promover el fortalecimiento de la competitividad económica, la gobernanza, los derechos humanos y el estado de Derecho en América Latina y el Caribe.
Promueve asimismo la Iniciativa Energética del Caribe como Alternativa a la Nueva Ruta de la Seda china mediante una cooperación regional con países caribeños para mejorar la seguridad y la eficiencia energética, reformar los mercados energéticos e invertir en energía más limpia.
Por otra parte, pretende promover condiciones de más resistencia a largo plazo en el Caribe ante desastres naturales y un entorno oceánico cambiante.
Para contrarrestar "la diplomacia educativa y cultural de China en América Latina" aboga por diseñar "una estrategia que evalúe y amplíe los programas existentes" con tal de fomentar los objetivos de la política exterior de Estados Unidos.
En los últimos 20 años, China ganó terreno frente a Estados Unidos en la región de las Américas, convirtiéndose en el primer socio comercial de casi todos los países sudamericanos, concediendo préstamos de bajo interés e invirtiendo en proyectos energéticos, puertos y autopistas, entre muchas otras obras.
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FUENTE: AFP
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