El BSE negó avales para subasta, como el que después dio el BROU

El gobierno consultó al BSE las condiciones que pondría a potenciales oferentes, pero el banco rechazó la operación. Ya había perdido aval con la aerolínea Uair.

 

El 4 de setiembre, ocho días antes de la primera fecha fijada para la subasta de los aviones de Pluna (12 de setiembre) el gobierno consultó al Banco de Seguros del Estado (BSE) las condiciones que debería cumplir un potencial oferente en el remate, como para que la institución le extendiera un aval.

Según confiaron a Subrayado jerarcas del Poder Ejecutivo, la respuesta del BSE fue negativa. No quiso participar de ese tipo de operaciones.

El argumento del BSE fue que tiempo atrás, en el 2005, había extendido un aval similar a la también aerolínea Uair por US$ 2,5 millones, y los había perdido después que esa empresa no cumplió sus compromisos.

Ante esta situación, el Directorio del BSE decidió, en 2005, no volver a otorgar avales para operaciones comerciales de este tipo. Tal fue la respuesta que recibió el Ministerio de Economía días antes de la primera subasta de los aviones de Pluna, suspendida el mismo 12 de setiembre por falta de oferentes.

Según las fuentes consultadas por Subrayado, el BSE dijo que si el gobierno insistía en que se analice la posibilidad de otorgar un aval a una empresa interesada en la subasta de Pluna, el Directorio del banco lo consideraría, pero para ello elevaría las exigencias al máximo, reclamando una "garantía real" por el 100% del monto avalado, lo que podría incluir la presentación de propiedades como garantía.

Luego de suspender la primera subasta del 12 de setiembre, el gobierno apeló a la otra posibilidad que tenía: consultar a un banco para saber si podía otorgar avales para que oferentes se presenten a la subasta del 1° de octubre.

Según las fuentes consultadas, no había dudas de que un banco podía otorgar este tipo de avales, y así se llegó al Banco República.

Pocos días antes de la subasta del 1° de octubre, la empresa española Cosmo tramitó ante el BROU un aval por US$ 13,6 millones (10% del precio base de los siete aviones sujetos a remate). El mismo día de la subasta, el presidente del BROU, Fernando Calloia, autorizó el aval a Cosmo y su representante, Hernán Antonio Calvo Sánchez, pudo ofertar US$ 137 millones por los aviones.

Un mes después, Cosmo no pagó el precio comprometido ni honró e aval recibido, ni pagó a los rematadores la comisión de 0,5% del precio de remate, unos US$ 850.000.

El presidente del BROU está siendo indagado por la Justicia del Crimen Organizado, que investiga la legalidad del aval otorgado y si hubo, como denuncia el Partido Nacional, "abuso de funciones" por parte de Calloia. Este martes Calloia declaró ante la jueza Adriana de los Santos y el fiscal Juan Gómez.

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