Duras críticas del juez a operativo policial en el Marconi

Durante el procedimiento murió un joven de 25 años, un policía sufrió un ataque de pánico y otro dijo que iba a matar a todos. Magistrado contrario a cerrar el caso.

 

El Juez Letrado de 1º Instancia en lo Penal de 13º Turno, Dr. Homero Da Costa Porto, archivó la investigación del homicidio de un joven de 25 años de edad en barrio Marconi, durante un incidente con policías que pretendían efectuar el arresto de varios sospechosos de haber participado de una rapiña ocurrida en una panadería de la zona.

Las imágenes del operativo que terminó con la muerte del muchacho fueron captadas por la cámara de un vecino y puede verlas aquí

En su resolución, el magistrado dijo que se ve obligado a disponer el archivo de la causa porque así lo pidió la Fiscalía pero que discrepa "frontalmente" con los términos del dictamen. 

Da Costa dijo que el procedimiento policial fue "poco profesional" fundándose "en la opinión de los propios policías involucrados muchos de los cuales tildaron al procedimiento como erróneo". 

LOS HECHOS. El caso comenzó cuando tres efectivos llegaron en un patrullero hasta las calles Trápani y Artagaveytía del barrio Marconi para indagar a los sospechosos de una rapiña que se encontraban alrededor de una moto.

En lugar de detener a quienes coincidían con las características físicas de los buscados, detuvieron a las 7 personas que allí estaban.

En el fallo, el juez dice que la situación "se les escapó de control" porque los detenidos duplicaban en número a los policías que solamente tenían en total tres esposas. 

Las protestas iniciales generaron rápidamente una aglomeración de vecinos que comenzaron a insultar y empujar a los efectivos a fin de liberar a los detenidos. Luego comenzaron las pedreas y la situación se volvió insostenible. Se solicitaron refuerzos y la llegada de unos pocos policías más permitió enfrentar precariamente estos acontecimientos.

IRREGULARIDADES. El juez Da Costa señala que llegados los refuerzos se careció de alguien que unificara y ordenara las acciones y cada policía se movía a impulsos individuales. 

"Uno de los efectivos tuvo un ataque de pánico mientras que otro besaba las balas que iba recargando en su revólver diciendo a los detenidos que se iban a morir todos demostrando una falta de equilibrio emocional alarmante para enfrentar la situación".

Da Costa sostiene en su resolución que al agente autor del disparo mortal "se les debía exigir actuar con ponderación y con prudencia, como lo hicieron la mayoría de sus compañeros de infortunio". En el mismo sentido añadió que este funcionario "era consciente de su obrar, sabía lo que hacía, y por su propio entrenamiento policial, tenía pleno conocimiento de que sus disparos podían herir a las personas que se hallaban a su alrededor" porque "al disparar en forma paralela al piso hacia un conglomerado de unas cincuenta personas era muy factible que a algunas de ellas podía alcanzar y abatir".

Finalmente el juez dice que no pudo encontrar ningún indicio sobre la existencia de un tiroteo entre agresores y funcionarios policiales. Las versiones sobre el intercambio de disparos surgen del testimonio de los policías, señala. 

La madre del joven dio su testimonio, aseguró que la Policía mató a su hijo y dijo que lo dejaron tirado como a un perro en la calle.   

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