La economía uruguaya tuvo un buen desempeño en 2017, reafirmando al recuperación del 2016. Sin embargo, es un crecimiento basado principalmente en el consumo y –en menor medida- en la exportación. Contrariamente, la inversión (que fundamenta el crecimiento de mediano y largo plazo) sigue cayendo, lo que explica -entre otros factores- la caída en el empleo.
- Nacional >
Claves de la economía para 2018: situación fiscal y negociación salarial
Economistas, el gobierno y el FMI, proyectan un crecimiento de 3% o superior, pero la mayoría de los empresarios prevén un crecimiento menor.
Esto genera ciertas dudas sobre lo que puede ocurrir en 2018. La mayoría de los economistas, el gobierno y el FMI, proyectan un crecimiento de 3% o superior. Pero la mayoría de los empresarios (consultados por Búsqueda en su Encuesta Empresarial), prevén un crecimiento menor, de entre 1 y 2% (una desaceleración de la economía).
Por otra parte, el déficit fiscal no logró bajar en forma significativa, a pesar de los aumentos de impuestos, y esto constituye el principal problema de la economía actualmente: subir más los impuestos no es viable (la presión tributaria ya es cercana al 35% del PBI); reducir o mantener el gasto, tiene costos políticos que el gobierno -al menos por lo visto hasta ahora- no tiene mucha voluntad de asumir. Además, la economía está creciendo –en buena medida- en base a la expansión fiscal (consumo); si esta se corrige… puede afectar el crecimiento. Un dilema “de hierro”. A partir de enero entra en vigencia el aumento de aranceles (tasa consular) definido en la Rendición de Cuentas. Esto puede mejorar los ingresos a corto plazo, pero encarece los bienes importados de los cuales depende buena parte del comercio minorista.
El alto déficit, además, genera un aumento permanente de la deuda (la deuda bruta ya supera los 35.000 millones de dólares). Esto no genera problemas inmediatos porque el Uruguay tiene buen financiamiento y a plazos largos, pero puede ser un problema de mediano plazo, en particular si la economía no crece lo suficiente.
En el fondo de estos asuntos, Uruguay enfrenta un problema de competitividad: sus costos –medidos en dólares- son más elevados de lo que sería razonable de acuerdo a la productividad global de la economía. Esto puede verse por cómo ha sido la evolución de los precios: el salario medio (un “precio” clave en la economía) ha subido por encima de la inflación ¿Por qué? Porque ha tenido ajustes según la inflación anterior (más alta); este año la inflación bajó y -por lo tanto- el poder adquisitivo de los salarios sube (el ingreso per cápita está en $ 20.350 mensuales, promedio). Pero ¿por qué bajó la inflación? Básicamente, porque bajó el dólar, que quedó “planchado” este año. Así, el salario en dólares ha subido casi 10% en el último año.
Esto ha beneficiado mucho a los trabajadores empleados, con buenos salarios y situación laboral estable, y también a las empresas que tienen su giro principalmente en el mercado interno; pero generó una caída en el empleo que –por ahora- no parece detenerse: las empresas (en especial las que compiten con el exterior) reducen las plantillas o posponen la incorporación de nuevos empleados. Es un asunto que deberá ser atendido seriamente en la negociación salarial del año próximo.
Dejá tu comentario