Ahora el Estado Islámico exige 200 millones para no matar a rehenes

El grupo terrorista publicó un video donde muestra a dos japoneses secuestrados y advierte que los matará si no envían el dinero reclamado.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) amenazó este martes con matar a dos rehenes japoneses, por los cuales exige un rescate de 200 millones de dólares al gobierno nipón, que se ha negado a ceder ante el "terrorismo".

El primer ministro japonés Shinzo Abe, de visita en Jerusalén, declaró estar "sumamente indignado" y exigió la liberación "inmediata" de los rehenes, antes de acortar su gira por Oriente Medio.

En el vídeo, el grupo amenaza con "matar en un plazo de 72 horas a los dos rehenes" y exige al gobierno japonés que pague "200 millones de dólares para salvarles la vida".

La autenticidad de las imágenes aún no pudo ser comprobada, pero su puesta en escena recuerda la de los anteriores vídeos en los que el EI reivindicó la ejecución de dos periodistas y tres cooperantes occidentales, secuestrados en Siria.

En el vídeo se ve a un hombre vestido de negro con un cuchillo en la mano, parado entre los dos rehenes vestidos de una vestimenta de color anaranjado. Explica en inglés que el rescate se debe pagar en compensación por la ayuda no militar que el gobierno japonés ha prometido entregar en su actual gira a los países afectados por el avance del EI.

El primer rehén, Kenji Goto, es un periodista y productor audiovisual independiente que provee imágenes para documentales de Oriente Medio y otras regiones.

La implicación de ciudadanos japoneses en conflictos bélicos extranjeros es limitada, pero los medios de comunicación nipones cuentan con una buena representación en los puntos calientes del planeta.

El segundo rehén, Haruna Yukawa, apareció en imágenes difundidas anteriormente, mientras era interrogado con dureza por sus captores.

Una firma militar, PMC, lo identifica como jefe ejecutivo, y un vídeo de la compañía lo muestra probando una AK-47 en Siria.

Los dos rehenes entraron a Siria durante el pasado verano u otoño boreal, y no se tenía noticias de ellos desde hace varios meses.

 

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