¿Perdón o justicia?: extupas divididos sobre "Amodio, el traidor"

Para algunos hay que tenderle una mano. Para otros es una operación de inteligencia con fines políticos. Y otros creen que es el preámbulo de su regreso al país

La reaparición del antiguo jefe guerrillero Amodio Pérez generó reacciones contradictorias entre sus excompañeros del Movimiento de Liberación Nacional , entre la “comprensión humanista” y el reclamo para que se entregue a la justicia.

La publicación en El Observador sobre contactos mantenidos con Amodio -e incluso la divulgación de fotos actuales - generó fuertes repercusiones entre exintegrantes de la organización.

El diseñador gráfico y escritor Marcelo Estefanell dijo que su posición sobre Amodio cambió en estas cuatro décadas y hoy comprende más a “los compañeros que se quebraron”, mientras que Jorge Zabalza Waksman cree que detrás de su regreso hay un “operativo de inteligencia” con “finalidad política”.

Estefanell dijo a Oceano FM que está convencido que la persona que escribió las cartas es el exjefe de la columna 15 de los tupamaros. Para él, es bienvenido el diálogo que propone Amodio Pérez.

Sin embargo, Zabalza sostiene que Amodio “debe responder por sus actos” ante la justicia uruguaya. “No sólo colaboró con las Fuerzas Armadas, sino que también mintió. Dijo que Wilson Ferreira Aldunate pertenecía al MLN"

“Cometió muchos delitos que habilitaron al terrorismo de Estado y la tortura sistemática durante más de once años”, agregó el expresidente de la Junta Departamental de Montevideo.

Zabalza señaló a Sarandí que junto a otros exguerrilleros presentó una demanda ante el juzgado de la ciudad de Libertad que involucra a once centros de detención y por el que deberán declarar decenas de militares y policías involucrados en delitos de lesa humanidad.

“Amodio podría declarar por esas causas por su contribución. A lo mejor esta aparición tiene que ver con su intención de pasar sus últimos días en la cárcel VIP (Domingo Arena) con sus amigotes”.

EL MITO. Héctor Amodio Pérez (Montevideo, 1937) fue un hombre clave en la formación del MLN. De origen socialista, fue uno de los primeros activistas de El Coordinador, el movimiento integrado por militantes anarquistas y de izquierda radical en 1963, el antecedente inmediato del MLN-T. Aunque lo desmiente en sus cartas, se creía que Amodio había tenido vínculos con el servicio secreto israelí, Mossad.

Hijo de madre judía, las informaciones sostenían que Amodio y su primera esposa habían dado apoyo logístico a esa organización en la ejecución del prófugo nazi Herbert Cükurs, el 23 de febrero de 1965. “El carnicero de Riga” fue asesinado en una casa de la Ciudad de la Costa adonde había sido retenido ilegalmente luego de ser secuestrado en Brasil.

Ex obrero gráfico y líder del sector militarista del MLN, Amodio fue liberado por las Fuerzas Conjuntas en junio de 1972 luego de negociar dinero y su salida del país, a cambio de información relevante. Hasta entonces, era el factotum de la Columna 15, autora de las principales acciones militares de los tupamaros. En sus últimos tiempos era cuestionado por sus "desviaciones burguesas" -le gustaba el tabaco holandés y el whisky, gustos ajenos a la austeridad tupamara- y enfrentó decididamente el liderazgo de Sendic y de Fernández Huidobro, a quienes acusó de ineficiencia en el manejo de recursos de la organización.

Entre otras cosas, se opuso al Plan Hipólito, que planificó el asesinato de integrantes de los escuadrones de la muerte. El episodio del 14 de abril de 1972 en el que murieron 12 personas -8 guerrilleros y 4 de las Fuerzas Conjuntas- fue considerado el principio del fin de la "guerra sucia". Amodio deslindó responsabilidades de ese acontecimiento, aunque su compañera Alicia Rey Morales estaba al frente de las acciones. Rey Morales fue capturada poco después, lo que significó el quiebre emocional para Amodio. Su negociación con los militares incluyó la libertad para ella. El permiso fue otorgado por el general Esteban Cristi.

Todo aquello tuvo su precio para el delator. En el Batallón Florida, escribió el llamado “Libro de Amodio".Así el exguerrillero “le arregló los papeles” -según sus palabras- a las Fuerzas Armadas.

El salvoconducto fue una negociación que Amodio inició con José Gavazzo, alguien a quien el guerrillero conocía desde la infancia. Esas conversaciones siguieron con Armando Méndez, entonces un joven oficial que estuvo involucrado en la creación del grupo Operación Comando Antisubversivo (OCOA). Allí “se formaron” también policías como Jorge “Pajarito” Silveira y militares como Manuel Cordero, hoy presos por delitos de lesa humanidad.

Amodio no niega que hizo ese trabajo ni su participación en la entrega de la Cárcel del Pueblo. Sin embargo, 40 años después sostiene que fue información irrelevante y que el destino de los tupamaros ya estaba jugado en ese entonces. Según él, lo usaron como “chivo expiatorio” para encubrir los errores de la dirección del MLN-T encabezada por Raúl Sendic. También apuntó sus baterías a Alberto Píriz Budes, integrante de la columna del interior, secretario personal de Sendic, a quien el MLN considera el otro traidor.

De todos modos Píriz Budes ha tenido un retiro más pacífico, muy diferente al de Amodio, Después de 30 años de vivir en Paraguay, se radicó en Rivera y hoy dirige el diario Norte de esa localidad. Está vinculado al Partido Colorado, según algunas versiones.

Después de sus respectivas delaciones, Amodio y Píriz Budes fueron condenados a muerte por la organización. Amodio escapó de un intento de asesinato en Madrid en los años 80.

Desde entonces no se supo nada de él. El exjefe de inteligencia de la Policía en los años 60, Alejandro Otero, sostuvo que el último indicio de vida de Amodio se lo dieron unos periodistas holandeses que cubrieron un atentado del año 1984 contra Edén Pastora, el jefe de la "contra" nicaragüense.

¿Era Amodio el hombre que se hizo pasar por fotógrafo y detonó la bomba? Según Otero, todo indica que sí. Sin embargo, una reciente película de un director sueco (“Último capítulo”, de Peter Torbiorsnsson) devela que el terrorista fue el argentino, Roberto Vital Gaguine, quien se hizo pasar por periodista danés y trabajaba con la contrainteligencia sandinista bajo la dirección del cubano Renán Montero.

Las otras versiones sobre el destino de Amodio son menos optimistas. El País publicó días atrás que de acuerdo a datos de inteligencia, el exguerrillero murió hace dos años.

 

 

 

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