Empezamos mal: avión del francés Hollande fue alcanzado por rayo
El nuevo mandatario francés viajaba a Berlín para hablar con la canciller Merkel. El impacto obligó a la delegación a volver a París.
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"A partir de este momento usted encarna a Francia, simboliza la República y sus valores y representa al conjunto de franceses", le dijo Debre en una ceremonia sobria, y en la que a diferencia de la de su predecesor, Nicolás Sarkozy, en 2007, no estuvieron presentes sus hijos.
Sus primeras palabras como presidente fueron dirigidas a la necesidad de reconciliar a la nación y a la constatación de que la situación heredada no es fácil, con "una deuda masiva, un crecimiento débil, un paro elevado, una competitividad degradada y una Europa con dificultades para salir de la crisis".
Una situación refrendada hoy por los datos del Instituto Nacional de Estadística (INSEE), según los cuales la economía se estancó en el primer trimestre, después de que en 2011 el Producto Interior Bruto (PIB) creciera un 1,7 %.
Si objetivo primario era ir a confirmar el posicionamiento francés en su alianza con Alemania., razón por la cual no iba a perder un minuto más sin encontrarse con la canciller Angela Merkel.
Más allá de enderezar las cuentas públicas, Hollande dijo ser consciente también de que Europa "espera y mira" a Francia y, conforme a lo expresado en la campaña, recalcó que para superar la crisis el continente necesita "crecimiento y solidaridad".
Para el nuevo jefe del Estado, de 57 años de edad, el pacto presupuestario que propondrá a sus socios de la eurozona unirá la necesaria reducción del gasto público con "la indispensable estimulación de la economía", una apuesta para la que Merkel se muestra reticente.
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