¿Por qué Argentina quiere demorar el dragado de Martín García?

La razón es económica. Mientras la diplomacia se entrevera en peleas sin solución, Buenos Aires lleva el canal Mitre a 36 pies y mejora competitividad de su puerto

Argentina demora la resolución del canal Martín García, pero no por un tema de hostilidad política. Las contra-denuncias para el embajador Francisco Bustillo sobre supuestas coimas del consorcio holandés Riovía-Boskalis son parte de una estrategia que busca distraer la atención y apresurar el dragado del canal Mitre, el principal para el puerto de Buenos Aires.

Llevarlo a 36 pies -dos más que Martín García- daría una importante ventaja comparativa a Argentina frente al comercio exterior uruguayo, representado por los puertos de Montevideo y Nueva Palmira, según un informe publicado por el diario Perfil.

Los barcos de mayor calado accederían a Argentina con costos mucho más bajos gracias al Canal Mitre, administrado exclusivamente por el poder bonaerense.

Según un acuerdo firmado en 1991 entre ambos gobiernos, los canales Mitre y Martín García -de administración conjunta- debería tener la misma profundidad

La situación actual beneficia claramente a Argentina. Hoy el 80% de los buques que pasan por Martín García optan por Buenos Aires, según datos de la cancillería encabezada por Héctor Timerman.

Por el contrario, los buques que llegan a Nueva Palmira  por Martín García (congelado en sus 32 píes de profundidad desde hace 20 años) no pueden salir con la carga completa. Deben terminar de cargar en Brasil y Argentina, con los consiguientes sobrecostos para los clientes de empresas radicadas en Uruguay. Las horas extras de navegación y el mayor gasto en combustible también están provocando problemas de competitividad en Nueva Palmira, de acuerdo a los operadores portuarios privados.

Si querés informarte más sobre el canal Martín García podés ver esta nota

En mayo, Uruguay denunció la existencia de una oferta de coima -por un millón de dólares- por parte del consorcio holandés que hoy hace el mantenimiento del canal. El objetivo final es ganar con la licitación del dragado. 

Mientras Uruguay apura la licitación, Argentina lanza acusaciones. El ex vicanciller argentino, Roberto García Moritán, invirtió el orden de la denuncia e insinuó que el entonces embajador uruguayo Bustillo tenía una relación cercana con la empresa en cuestión.

A pedido de la cancillería argentina, el gobierno de Cristina Kirchner quiere encauzar a Bustillo por este caso y por un contrabando de automóviles diplomáticos, una causa en la que están siendo investigados un centenar de embajadores y cónsules extranjeros.

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