El fotógrafo Leigh Ledare, residente en Brooklyn, se incomoda e incomoda a sus seguidores con una muestra que tiene cmo onjeto sexual a su madre.
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Fotógrafo presenta muestra con su madre como objeto sexual
Leigh Ledare, de 35 años, decidió mostrar a su madre en distintas posiciones incómodas. Sobre todo para él y para el espectador común
En 2010, expuso sus primeras ideas en PS1, la sala más vanguardista del Museo de Arte Contemporàneo de NYC. Fue algo más que un logro, porque allí se expone cada cinco años. Su muestra fue seleccionado por ser lo más prometedor de las artes plásticas modernas de la ciudad de las artes plásticas modernas.
Las imágenes retrataban a una pelirroja de mediana edad practicando sexo con amantes más jóvenes a lo largo de ocho años.
Otra serie más sobre erotismo, dijeron algunos sin conocer la interna. Pero el secreto estaba en la letra chica: la modelo era Tina Peterson, su madre, una bailarina clásica que por obra y gracia de su hijo el artista se había transformado en sex symbol, amante del campo rentado, cultora de strip-tease y muchos otros personajes marginales, aquel que el espectador más guste. Todo para la foto. Un verdadero reality.
Hasta que, al leer la letra pequeña, descubrieron que Tina Peterson, antiguo prodigio de la danza clásica reconvertida en madura bailarina de striptease, era también su madre con mamá en el centro de la escena.
La cosa va más allá de la pornografía para lindar con el incesto. Pero, como ya se sabe, el arte no tiene moral. Eso es lo que ha impactado en la lente de Leigh, un hipster jubilado de 35 años, según lo definió el portal la informacion.com
Y aclara por las dudas. “No estoy documentando la actividad sexual de mi madre, sino estudiando la condición de la mujer frente a las convenciones de nuestra cultura, al ideal que debe encarnar toda madre y esposa. Cuando una mujer se aleja del arquetipo, se la considera una desviada y una pervertida”, explica. “En el fondo, no estoy hablando de algo tan extraordinario: solo es una mujer que practica sexo”.
Ahora Ledare protagoniza su primera retrospectiva europea, que acaba de hacer escala en el Kunsthal Charlottenborg de Copenhague.
La comisaria de la muestra, Elena Filipovic, analiza el supuesto escándalo el gusto del artista por lo vergonzoso, lo impúdico: “A pesar de la omnipresencia del porno en nuestra sociedad, la madre como sujeto sexualizado sigue siendo un tabú inquebrantable”.
Para el fotógrafo, su trabajo consiste en ponerse a sí mismo en situaciones incómodas. En una de sus primeras series fotográficas, escogió al azar anuncios de contactos en el periódico y pidió a las solicitantes que le fotografiaran en su posición preferida.
Una de sus últimas experiencias fue fuerte y muestra su vocación por ponerse en falsa escuadra. Un fin de semana se fue de viaje con su exmujer y documentó el encuentro en fotos. Dos meses después, le pidió a ella que hiciera lo mismo pero con su nuevo marido.
La comparación de las imágenes -resentimiento en unas, tierna y seductora en otras- mostraba como la musa, siendo la misma, podía ser otra según el ojo que la mirara. “Mi obra quiere ser como un diagrama de las relaciones de poder que subyacen bajo las situaciones corrientes”, concluye Ledare.
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