El libro “El Palacio Legislativo, una historia por desvelar", narra los detalles de la construcción del edificio que cumple 100 años.
Símbolos e historias poco conocidas sobre el Palacio Legislativo, que cumple 100 años
El escritor Eduardo Cuitiño publicó el libro "El Palacio Legislativo, una historia por desvelar", sobre el edificio en el que transcurre la vida parlamentaria del Uruguay.
"En el Salón de Pasos Perdidos hay números y detalles que me gustaría que la gente conozca y maneje. El Uruguay, los Treinta y Tres orientales, que sabemos que ni eran 33 ni eran todos orientales, la gente los asocia que fue un número elegido porque es un número masónico. Es el grado más alto de la masonería escocesa, pero antes, el grado más alto era el 25 y antes el 18. No son cualquier número: 18, 25 y 33 son los números de nuestra patria, pero también son números masónicos", dijo el escritor, Eduardo Cuitiño a Subrayado.
Además, describió que "en el Salón de Pasos Perdidos, en el centro, donde el batallón Florida custodia en un roperito las actas de la Asamblea de 1825 y la primera Constitución, de 1830, ahí, en un círculo, donde se apoya ese ropero, que es el oro en la alquimia, hay muchos guiños con el 18, 25 y 33 para que la gente descubra".
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Por otra parte, habló de la sala de la Asamblea General, y detalló que en el arco detrás hay siete rosas y ese ornamento se repite en la sala de Senadores.
"Es una construcción muy interesante, que le da una característica de templo romano antiguo. Es un edificio neoclásico, pero con detalles sutiles para descubrir que hacen realmente un templo mismo en sí, sagrado de nuestra democracia", dijo.
El autor del libro contó los entretelones de la construcción que costó millones de dólares.
"Donde está el Palacio Legislativo hoy en día, se encontraba la Plaza Flores. Fue destruida para crear el Palacio. La construcción empezó el 26 de setiembre de 1908 y se inauguró un 25 de agosto de 1925. Este año cumple 100 años. Una inauguración muy a la uruguaya, porque al mampostería del edificio no estaba terminada, se terminó unos cuantos años después y hoy en día hay detalles que faltan", contó.
El arquitecto original fue Vittorio Meano, italiano, aunque no fue quien ganó el concurso y "nunca se enteró que fue su proyecto el que se llevó a cabo", porque fue asesinado por el amante de su esposa, acotó el escritor.
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