Policía procesado: decálogo de lo que no se debe hacer, dice juez

El rapiñero huía, no representaba una amenaza porque no portaba armas, había movimiento comercial y el policía disparó no una, sino varias veces, con mano cambiada.

 

El auto de procesamiento del juez Carlos García sobre el asalto al Abitab de La Unión donde un automovilista que pasaba por el lugar resultó herido por una bala policial, deja en evidencia la falta de rigor del efectivo policial en el procedimiento y un caso que bien podría rotularse de "gatillo fácil".

El empleado del Abitab de 8 de Octubre y Silvestre Pérez llegó al trabajo como todas las mañana y cuando estaba abriendo el local fue sorprendido por un joven de 25 años que intentó rapiñarlo.

El rapiñero confesó la autoría del hecho, dijo que estaba descompensado por el consumo de diez dosis de pasta base durante la noche y madrugada. Fue procesado por un delito de rapiña muy especialmente agravada, en grado de tentativa.

Durante el asalto un equipo de homicidios toma conocimiento del hecho y se dirige al lugar. Eran cuatro abordo de una camioneta Nissan de color blanco. Una cuadra antes de llegar al lugar de los hechos, observan a tres individuos corriendo en actitud sospechosa y tres de los cuatro efectivos deciden darles persecución.

El oficial que estaba al volante continúa su marcha hasta el Abitab asaltado. Al llegar observa a un desconocido que sale corriendo. El policía, ahora procesado sin prisión, señala que el sospechoso "llevaba en su mano un objeto de metal brilloso, y le grité primero, le dije quedate quieto, y cuando me mira yo siento un estruendo desde mi derecha y le efectúo un disparo y el autor cae al piso. Previamente, estoy seguro, antes de disparar, no había nadie en esa vereda, el tipo se levanta luego de caer, sigue corriendo y yo le efectúo otros disparos, creo que fueron en total 3 más, todo desde arriba de la camioneta, él sigue corriendo por la avenida hacia silvestre Pérez", donde le da captura.

Al ser consultado por la motivación para efectuar los disparos y si vio algún arma de fuego, dijo: "no, le vi algo de unos 20 cms, brilloso en la mano, y luego siento el estruendo desde mi derecha. Instintivamente disparo al NN que huías del lugar del hecho". Además admitió que es derecho pero utilizó la mano izquierda para efectuar los disparos.

El trabajo de balística confirmó después la existencia de 5 casquillos de bala coincidentes con el arma del policía. Una de esas balas hirió a un padre que pasaba en su camioneta mientras llevaba a un bebé de 5 meses a control pediátrico.

"El autor de la frustrada rapiña se encontraba en situación de franca huida, de alejamiento del lugar, no portaba arma de fuego alguna y por lo tanto, en modo alguno ponía en peligro la integridad física o la vida del personal policial actuante o de terceros. Por lo demás, la escena se desarrollaba en la vía pública, al inicio del horario comercial con lo que ello implica por el movimiento de transeúntes. Y, no obstante todo ello, el agente acciona el arma no una vez, sino repetidamente, alcanzando al lesionado y a comercios cercanos -como testimonian los testigos y acreditan los informes técnicos – con la mano inhábil y simultáneamente conduciendo el vehículo. Todo un decálogo de lo que no hay que hacer", dice el juez.

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