Joanna Giannouli supo recién a los 16 años que nació con el síndrome de Rokintansky, un problema congénito que implica no tener vagina, no tener cérvix y no tener útero.
Nació sin vagina, sin cérvix y sin útero, y se enteró a los 16
Se da un caso cada 5.000 mujeres. La chica contó cómo es vivir es con el trastorno congénito.
Cuando el especialista le dijo lo que ocurría en la consulta, su madre lo tomó a mal y creyó que hizo "algo mal durante el embarazo", contó Joanna a la BBC.
Pero se trata de un trastorno muy estigmatizado. "Lo más doloroso fue cuando mi pareja me dejó. Yo tenía 21 años, vivía en Atenas (Grecia) y mi novio y yo estábamos comprometidos. Cuando le expliqué mi trastorno, decidió romper conmigo".
A los 17 tuvieron que operar a Joanna y estuvo varios meses en reposo. "Mi nueva vagina era estrecha y pequeña, y me resultaba doloroso mantener relaciones sexuales. Tuvieron que volver a operarme para expandir la entrada vaginal. Después de eso, me encontraba bien físicamente, pero no tanto mentalmente; es una carga que va contigo y de la que no te puedes deshacer".
Diez años después Joanna cuenta que todavía se siente mal al respecto pero ya no le causa verguenza. "Me he dado cuenta que es algo que no puedo cambiar, tengo que aceptarlo y vivir con ello".
A los 27 años se encuentra en una relación estable y su novio supo su condición desde el principio. "Sabe que tal vez no tengamos hijos, pero tanto él como yo lo hemos aceptado".
Fuente y foto: BBC
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