La Policía busca testigos del atentado a la señora Tabárez

No hay indicios del origen del ataque. Hoy se dio a conocer que la sustancia que quemó a la mujer es acetona, y no ácido.

La Policía no está convencida que el episodio protagonizado por la esposa del técnico de la selección, Oscar Tabárez, haya sido un ataque premeditado.

El relato oficial señala que Silvia Martínez, de 61 años, salía a las 15,30 horas del sábado de su casa de Carrasco con rumbo al supermercado, cuando fue abordada por dos motociclistas que le tiraron un producto a la cara.

La víctima fue hallada tirada en el suelo a escasos metros de su casa. El propio Tabárez realizó la denuncia policial. Por el momento no hay testigos del ataque.

La esposa de Tabárez había dado alerta a su familia sobre amenazas de muerte. Las mismas no han podido ser confirmadas por la Policía.

Las primeras informaciones señalaron que los supuestos criminales tiraron una sustancia ácida a la esposa del entrenador. La mujer terminó internada en el Casmu como consecuencia de las quemaduras en rostro, cuerpo y vías respiratorias.

Los primeros indicios de gravedad, afortunadamente, dieron paso a versiones más tranquilizadoras.

El producto hallado en el cuerpo de la señora Tabárez fue acetona y no el corrosivo que se creía en principio, informó este lunes el diario La República.

Si bien la acetona puede causar irritación y quemaduras, las lesiones serán de menor entidad a las previstas. Las quemaduras alcanzan al 25% del cuerpo.

Los atentados con ácido no son usuales en Uruguay. Casualmente hace una semana atrás, en la calle Galicia, un hombre atentó contra otro utilizando ácido proveniente de una batería de automóvil.

En principio se creyó que se estaba ante un atentado relacionado con la denuncia de robo que la familia Tabárez  hizo a una ex empleada doméstica, Natalia González.

La imputada resultó liberada la semana pasada luego de once meses en la cárcel.

La mujer, de 29 años, que trabajaba desde los 16 en la casa de los Tabárez, reconoció haberse quedado con cerca de 500.000 dólares de una cuenta de la familia.

La mujer renunció a su cargo cuando en la cuenta quedaban 1.250 dólares. Los robos se venían produciendo desde 2008.

Con el producto del dinero, ella adquirió una camioneta 4x4, una casa en la Ciudad de la Costa y un negocio de alimentos en el centro de Montevideo.

La única explicación disonante entre el entrenador y la ex empleada, fue que ella atribuyó la sustracción de dinero a una supuesta relación afectiva que la unía a Tabárez. Según la mujer, el entrenador le permitió hacer los retiros de dinero.

Como prueba, presentó decenas de mensajes de texto entre ella y el deportista a lo largo del tiempo. Ante el juez y el fiscal, Tabárez negó la relación.

La Policía sigue custodiando la casa del entrenador y no se descarta interrogar a la ex empleada.

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