Con la lengua afuera...

    Muchas cosas pasaron en la vida de Antonio Paheco desde que Peñarol resolvió que no formara más parte de su plantel

    Muchas cosas pasaron en la vida de Antonio Paheco desde que Peñarol resolvió que no formara más parte de su plantel principal hasta la nocche de ayer cuando volvió a tocar el cielo con sus manos.

    Muchas cosas se dijeron, se escucharon, se sufrieron y hasta se mintieron.

    Sólo basta con cerrar los ojos para recordar la conferencia de prensa en la que Pacheco anunciaba su salida del club a instancias del entrenador Aguirre y el gerente Giménez.

    La angustia en su mirada, la lentitud de sus palabras y el temblar de un cuerpo capaz de eludir rivales en velocidad dentro de un campo pero a la vez de no esquivar ninguna de las preguntas que suelen aparecer en su camino ni en su peor momento.

    El tiempo fue pasando, los festejos "lengua afuera" dejaron el amarillo para acompañar el negro peor con los bastones negros de la casaca de un Wanderers que le impidió dejar su carrera y le ofreció ser su abanderado por uan temporada.

    El "Demonio de Tazmania" viajó de Barros Blancos al Prado para ser figura y retornar a Los Aromos ya con un nuevo entrenador, otros compañeros, pero con el mismo cariño hacia los "colores, pero sobre todo hacia la gente, que es en definitiva quien me trae nuevamente a Peñarol" según Pacheco expresó en aquel momento.

    Luego de la pretemporada, llegó el debut, su retorno al estadio con la camiseta que más ama frente a un Fénix que siempre se hace duro en el Centenario.

    Todo era felicidad cuando Peñarol se ponía en ventaja con gol de "Tony" y las tribunas Amsterdam y Olímpica se abrazaban tras una gran corrida del 8 y otro festejo "lengua afuera".

    Sin embargo, el sol brillante se trasnformó en oscura tormenta por una doble fractura de tibia y peroné, el máximo escenario deportivo de nuestro país quedó en silencio y Pacheco 6 meses out.

    Una historia digna de leyenda... seguramente lloró en su intimidad, tuvo bronca, se calmó, pensó y comenzó su recuperación.

     Maravillas hablaban el cuerpo técnico de Peñarol y los médicos del temple, las ganas y el profesionalismo del capitán para volver y volvió...

    Una tarde ya recuperado, Da Silva lo manda desde el vamos nada más y nada menos que ante su clásico rival. Sorpresas para muchos ese domingo, menos para él que desde el martes sabía que jugaría.

    Nada saldría mejor, el partido ni siquiera suspiraba y Pacheco ya había abierto sus brazos para unirse con su tribuna favorita y festejar "lengua afuera" el primero de la tarde que terminaría en goleada ante Nacional.

    Ganó la tabla anual y llegó la final, Defensor enfrente casi sin armas, Peñarol lo ató, lo maniató y goleó casi sin despeinarse en la fría noche otoñal, y como si eso fuera poco lo logró con 3 goles de su símbolo; es que este Peñarol 2013 está predestinado a festejar "con la lengua afuera..."

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