Asesor español de Aldeas Infantiles a prisión por abuso sexual de menores

El hombre llegó en enero de 2018 junto a su esposa como tallerista y docente. Los testimonios en su contra convencieron a la jueza y la fiscal.

La justicia condenó a seis años de prisión por abuso sexual a un español que llegó a trabajar en la organización Aldeas Infantiles.

La medida incluye otros penas accesorias como la suspensión del ejercicio de la patria potestad y la reparación a víctimas por un equivalente a 12 meses de sus ingresos.

El abogado del sujeto, el penalista Gonzalo Fernández, apeló el fallo.

El semanario Búsqueda identifica al condenado como Eduardo Briones, quien fue contratado por la organización sin fines de lucro en 2018 par trabajar como tallerista.

La denuncia partió de una investigación interna de Aldeas Infantiles que recogió testimonios sobre tocamientos y otras actitudes abusivas supuestamente llevadas a cabo por Briones.

Tras rel juicio oral, la fiscal Sabrina Flores pidió la condena del español a la jueza Laura Sunhary.

Briones y su esposa, españoles ambos, llegaron a Aldeas Infantiles en enero de 2018 luego de haber trabajado en otras sedes latinoamericanas.

Fueron contratados como asesores de desarrollo de programas, en representación de la Fundación Semilla Solidaria.

Uno de los objetivos era enseñar técnicas de cultivo de vegetales y el desarrollo de invernaderos a tales fines.

El trabajo de los Briones se extendió entre febrero y el 25 de mayo de 2018.

Un guardia de seguridad fue testigo de cómo dos adolescentes le gritaban a Briones: "atrevido, a los niños no se les toca".

El funcionario les pidió que le explicaran sus afirmaciones y los jóvenes le contaron que era notorio que el asesor español tocaba las partes íntimas de algunos alumnos de sus cursos.

La versión llegó al director del hogar situado en Parque Lecoq, quien abrió de inmediato una investigación interna.

En julio se le comunicó a Briones las primeras conclusiones, y éste huyó a Argentina.

A fines de agosto fue capturado allá y extraditado a Uruguay.

De lo investigado surge que el español organizaba partidos de fútbol. Aportó camisetas y calzado deportivo para acompañar esta iniciativa.

Allí comenzaron a comprobarse las conductas "desajustadas", pese a que el instructor había sido debidamente informado de los protocolos de protección y códigos de comportamiento de la organización.

La jueza Sunhary dijo que los testimonios de los menores de edad resultaron "creíbles".

De los relatos surgen claramente, dijo, las distintas fases del abuso sexual infantil.

Briones elegía a sus víctimas y les aseguraba a cada uno de ellos que se trataba de sus "preferidos".

La investigación de la fiscal demostró que el asesor español sabía establecer una relación para generar "confusión" a través del contacto físico.

Briones tenía un método para "acceder al cuerpo del niño" asociándolo al juego y simulando afecto personal.

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