Servicio de psicoterapia en mutualistas es caro y complicado de obtener

Instituciones reservan la atención a potenciales suicidas o a adictos. Cobran hasta 900 el ticket y filtran pacientes a través de una comisión.

Solo potenciales suicidas tienen derecho a atención psicológica inmediata en el sistema de salud uruguayo.

Más allá de las declaraciones oficiales, la salud mental no está contemplada en las mutualistas aunque éstas reciben una cápita mensual por este concepto.

El Fondo de Salud Mental incluyó este aporte que lo paga el Fonasa. Al valor actual, las instituciones reciben 11,34 pesos por todos y cada uno de sus socios, informa este viernes El Observador. 

Es un dinero importante teniendo en cuenta que hay instituciones como Asociación Española y Médica Uruguaya que tienen entre 250.000 y 300.000 afiliados.

Las instituciones tienen psiquiatras para tratar patologías mentales y obtener medicamentos de crculación restringida.

Sin embargo, deben esperar bastante más para una atención de fondo y más largo plazo.

Losservicios de salud mental parecen importantes en un país con alta demanda de atención psicológica. En el extremo, registra dos suicidios por día y algunos otros intentos más.

Los pacientes que se encuentran al límite pueden acceder en forma rápida a la asistencia.

El resto debe conseguir un pase de su médico, presentar una carta ante un comité asesor que tiene tiene 30 días para dar una respuesta y aprobar o no el tratamiento.

Por lo demás, el sistema es caro para el usuario. Debe pagar un ticket de 900 pesos en algunas instituciones, sobre todo si no se constata que el usuario es parte de la población objetivo predetterminada.

Este arancel caro inclusive si se compara con el costo de una sesión con un psicólogo particular.

Una terapia, en promedio, tiene un costo 1.600 pesos cada vez que el paciente va al encuentro con el piscólogo. Cada sesión dura poco menos de una hora.

El sistema deja librado a cada mutualista qué hace al respecto. Por ejemplo, Universal cobra 316 pesos a todos los que pidan el permiso.

En el interior el servicio prácticamente no existe. Las excepciones son los adictos y personas de hasta 25 años.

Las críticas a esta problemática no solo provienen de la oposición política. Daniel Olesker, exministro de Salud Pública, es citado por El Observador: "No me gusta que el Frente Amplio hable de la segunda generación de la reforma de la salud  cuando tiene pendientes temas como la salud mental".

 

 

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