2017 fue el peor año de evaluación del elenco político en 2 décadas

El director de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnábar, sostuvo que 2017 fue un año en que los uruguayos fueron especialmente críticos.

El director de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnábar, analizó la realidad política nacional tras el paso del 2017, el año en que renunció un vicepresidente por denuncias de corrupción. 

Zuasnábar sostiene que 2017 fue un año en que los uruguayos estuvieron "de mal humor", y han sido especialmente críticos a la hora de evaluar a su elenco político. 

De hecho fue el año en que los políticos presentaron las cifras de aprobación más bajas en los últimos 20 años. 

Comenzando por el propio presidente Tabaré Vázquez, que transitó todo el año con saldo negativo por primera vez en un gobierno frenteamplista. 

Zuasnábar aclaró que esto debe ser analizado en contexto de los ciclos de los gobiernos. Normalmente al comienzo de la presidencia se produce una "luna de miel", en que la gente es más benévola con el presidente dándole tiempo para que se acomode y dé las primeras señales de cumplimiento de lo prometido. Los años del medio siempre son los de menor aprobación, y sobre el final los números mejoran un poco, si todo marcha bien. 

2017 es un "año del medio", pero de todos modos es el que presenta número más bajos en comparación con los dos períodos frenteamplistas anteriores.

Esto también tiene que ver con un desgaste general de la fuerza de gobierno, el Frente Amplio, y con un presidente reincidente. Cuando los presidentes repiten tienen lunas de miel más breves, y mayores dificultades para mantener sus índices de aprobación. 

Este "mal humor" de los uruguayos, es decir, el contexto adverso que maximiza el nivel de crítica de los uruguayos hacia el sistema político, se explica en parte por los escándalos públicos protagonizados por el elenco político nacional en el último año, así como la percepción adversa de la economía. 

El hecho público más saliente es la renuncia de Sendic. Según Zuasnábar, de ese escándalo nadie salió bien parado, todas las figuras que intervinieron salieron erosionadas, tanto del oficialismo como de la oposición. La forma en que se dio la disputa no fue del agrado de los uruguayos. 

Pero también casos como el del intendente nacionalista Bascou erosionaron la popularidad de figuras nacionalistas, especialmente la de Jorge Larrañaga. 

En cuanto al contexto económico, la suba de las tarifas y de la carga fiscal en general impactó negativamente, a lo que se sumó una visión de desesperanza generalizada con respecto a la evolución de la situación económica. 

Si bien los indicadores económicos no presentan niveles elevados de alarma, los uruguayos tienen una percepción muy negativa. 

En este contexto la probabilidad de mirar a los líderes políticos con menor rigor, disminuye. En este sentido, Zuasnábar es tajante: "el sistema político está en juicio".

Además, el especialista alerta sobre la polarización de la discusión política en Uruguay, que viene presentando ribetes "que no son propios de nuestro país o sistema político". Y para ejemplificarlo remite a las redes sociales, donde la discusión se da con altos niveles de violencia y crispación.

Específicamente Zuasnábar reflexiona sobre la invalidación de la opinión del otro solamente por su posición político-partidaria, y llama a recuperar "nuestras mejores prácticas de reconocer virtudes en nuestro adversario político". 

Esto para evitar el "descrédito de nuestro sistema político, ya vivimos esas historias, todavía estamos a tiempo", dice en referencia la última gran crisis institucional del sistema político uruguayo, que derivó en la emergencia de muchas candidaturas con escaso apoyo y terminó con la elección de Juan María Bordaberry como presidente de la república, que rápidamente migraría a dictador. 

 

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