COPA DE CAMPEONES

Tras la derrota clásica, Peñarol analiza despedir al técnico Leo Ramos

Este mediodía se reúne la directiva a escuchar el informe del gerente deportivo. De él depende su continuidad. Suena Mario Saralegui como reemplazante

La dirigencia de Peñarol manejaba anoche aún cuando el partido no había terminado que el ciclo Leo Ramos tenía los días contados.

Ramos viene de dos clásicos estrepitosos. El que pudo haber ganado en el Intermedio y Nacional se lo empató en la hora, con el consiguiente golpe psicológico. Y la modesta victoria de ayer por una Copa de Campeones Uruguayos que no concitó gran interés: una un doble jornada se vendieron apenas 13.000 entradas.

De todos modos, esta vez perdió más que un partido ante Nacional. Perdió el partido ante un plantel al que no termina de comprender del todo.

El oficialismo mantuvo una reunión con Ramos en el estadio Centenario. La reunión terminó casi a la 1 de la madrugada. Las partes salieron manteniendo silencio. El entrenador no habló con la prensa. 

Damiani, tal cual su impronta, fue consultado por Teledoce. “El campeonato que vale es el que empieza el próximo domingo”, afirmó el presidente del club y bromeó: "me voy a tomar la sopa que se me enfría".

Nadie salió a decirlo claramente, pero el suplemento Ovación -de El País- en base a fuentes del club deslizó que la dirigencia comienza a planear un cambio de timón en la dirección técnica. 

De hecho, ya hay sondeos entre dirigentes para ver quién debería continuar. El candidato más firme es Mario Saralegui, informa Referí y pudo confirmar Subrayado.

Saralegui estuvo hasta hace poco en Liverpool y fue cesado de inmediato luego de un tweet polémico en la previa de un partido ante Nacional.

Este mediodía, la dirigencia se reúne para tomar posición oficial. La directiva escuchará atentamente el informe del gerente deportivo Gonzalo De los Santos. De su dictamen dependerá si Ramos se queda o se va.

El presidente y el oficialismo acatarán el planteo del gerente y harán pesar su mayoría a la hora de votar.

¿Por qué peligra el puesto de Ramos?

El club hizo una gran inversión en jugadores (firmó ya el argentino Lucas Viatri) y saben que si no ganan el Clausura será uno de los peores fracasos de la historia, además de prolongar una racha tricolor insostenible.

Además es un año electoral en Peñarol, lo que agrava el clima de euforia o de tristeza, según sea el caso.

El entrenador sigue con el eslogan del equipo en formación. Pero lo que un torneo atrás parecía lógico, ahora ya no lo es tanto.

Ramos no empezó mal. Su consigna de devolverle el ADN al plantel iba bien rumbeada. No había grandes resultados, pero el equipo mostraba más audacia y más enjundia que en el ciclo de Polilla da Silva. 

No ganó ninguno de los primeros dos torneos del año, pero apostando una vez más al entrenador el club trajo jugadores desequilibrantes para el medio.  

Ahora lleva apenas tres o cuatro partidos, y habría que esperar un poco más para ver si Ramos da en la tecla.

Pero el tiempo se acaba con el Clausura ya en el horizonte y la poca paciencia de la directiva y la hinchada que espera, al menos, un poco de bravura ya que no de fútbol. El clásico de anoche fue un mojón importante, pese a que se trataba de un amistoso.

Una cosa que desconcertó anoche a los dirigentes fue la conformación del equipo titular ante Nacional. Pareció un esquema demasiado defensivo para un amistoso en el que Nacional llegaba golpeado por su salida de la Libertadores.

Sin embargo, Ramos salió a la cancha con Angel Rodríguez como volante lateral en lugar de Nandez. Ni son las mismas caracteristicas (Ángel es muy dinámico pero no tiene el recorrido ni la llegada al gol del excapitán) y en el esquema de mediocampo el equipo quedó desequilibrado con tres volantes de marca y uno -como el cebolla- que tiene creación pero no tiene pausa.

Se podrá decir que Gargano es muy buen lanzador, y lo es, fue uno de los mejores en el equipo aurinegro. La camiseta de Peñarol le queda bien. Pero la hinchada esperaba otra cosa de un plantel rico en jugadores.

El propio Ramos se vio obligado a cambiar a Ángel Rodríguez en el minuto 40, al mejor estilo Carrasco, como una forma de enmendar su error, o dejar en evidencia un drástico cambio de rumbo, cuando el equipo ya perdía 1 a 0.

Lo sustituyó por Alex Silva, que es un volante lateral más cercano a lo necesitaba. Alex tampoco hizo un gran partido. Corujo, que transitó también por la zona, no hizo el partido esperable. le falta rodaje, hace mucho que no jugaba en San Lorenzo.

Tras unos primeros cinco o diez minutos buenos, el equipo fue perdiendo la brújula. El técnico también. Fue un partido sin grandes emociones. Un contundente remate de Sebastián Rodríguez definió el partido para los tricolores desde los 28' de juego, y los de Leo Ramos no pudieron cambiar el curso del partido.

Ramos sacó a Diego Rossi, que era de lo mejor en el ataque, y puso a Cavallini, un jugador que si no hay quien le acerque la pelota no tiene chance alguna. Tuvo una, sí, de cabeza, y la pelota se fue rozando el palo zurdo de Conde. Después de eso, la tocó poco y nada como era esperable. 

Algunas performances fueron un tanto decepcionantes. Se esperaba más participación de Maxi Rodríguez, que ayer se resumió a pocos pases intrascendentes. El técnico lo encerró en la punta izquierda y es un jugador que a los 36 años ya no tiene la velocidad que se necesita para ganar en carrera a un lateral -veterano pero muy atlético- como Fucile. 

Maxi es un jugador al que hay que darle espacio. A esta altura de su carrera -y por el peso que tiene como internacional- puede ser un estratega, o puede jugar cerca del arco, como mediapunta como lo hacía en Newell's. Pero no de puntero. 

Lucas Hernández, sin tanta obligación de crear juego, fue lo mejor de Peñarol por ese sector.

El equipo al final del partido estaba conformado casi todo por creadores zurdos: Cebolla, Gastón Rodríguez, Maxi Rodríguez, Albarracín, lo que descompensó la propuesta y dejó rengo al equipo.

Nacional tampoco fue un equipo incisivo. Simplemente hizo las cosas mejor. Tuvo un estratega que sabe aprovechar las virtudes del equipo y esconder los defectos, al menos en el ámbito local. Hay que recordar que este mismo equipo perdía a los 2 minutos con Botafogo en Río de Janeiro.

De todos modos hubo jugadores que estuvieron a la altura. Uno de ellos fue Porras, de gran partido pese a lo poco que juega. Marcó, luchó pero también entregó bien. Sebastián Rodríguez fue -como en Río de janeiro- de lo mejor del equipo. Tata González es de los jugadores que no se ven pero que rinden. Anoche hizo lo de siempre y anuló a varios de los jugadores creativos aurinegros y hasta se dio el lujo de ser lateral en un momento del partido.

Nacional tiene una zaga competente para el ámbito local. Fucile, Polenta y Espino mostraron eficacia. No así el juvenil Rogel, a quien Lasarte confirmó luego de la noche negra por la Libertadores. Volvió a mostrar que hay que llevarlo de a poco. Por ahora no es más que Rafa Garcia.

Adelante el equipo extrañó a Viudez y no tuvo a Barcia como se esperaba. Kevin Ramírez, Sebastián Fernández y Aguirre no hicieron un gran partido pero se las arreglaron para complicar a Peñarol. Aguirre tiene condiciones para jugar a media máquina y ser trascendente en Uruguay. Sus condiciones físicas y técnicas están muy encima del promedio del fútbol local. Ayer no estuvo como otras noches. Pero un tiro de media distancia en el primer tiempo casi se le cuela a Dawson que la empujó al corner.

En el segundo tiempo Bueno y Silveira tampoco brillaron pero mantuvieron a raya a un equipo aurinegro que quería ir -desordenadamente- por el empate.

En los minutos finales, Nacional tuvo la oportunidad de marcar el 2 a 0 por un contragolpe de Espino a toda velocidad que finalizó mal y dejó a la zaga aurinegra en evidencia.

Tito Formiliano y Arias no fueron lo peor del equipo, pero no dejaron sensación de seguridad. El arquero Dawson no pudo hacer nada en el gol de Sebastián Rodríguez: literalmente dejaron que lo fusilara.

Lo de Pereira en el mediocampo es para meditar. Pega mucho y pasa mal. Sus errores y la tarjeta amarilla recibida fueron la oportunidad para un cambio táctico. Lo sustituyó Gastón Rodríguez en un momento en que Peñarol necesita más juego. 

De todos modos el equipo acumuló creadores pero sin ningún propósito.

El juez Ostojich cometió errores que influyeron en el trámite del partido. El peor, un penal claro del zaguero Rogel a Diego Rossi, a quien agarró de la camiseta cuando tenía una chance clara de gol. Rogel terminó expulsado por doble amarilla, luego de una descalificadora patada, pero debió haberse ido a las duchas mucho antes.

Ostojich tampoco cobró una mano clara de Polenta en la puerta del área ante un remate de Gargano.

Aún así, con uno menos durante caso 30 minutos, Nacional fue más equipo, estuvo más concentrado en el objetivo y los cambios le dieron un nuevo aire, algo que no ocurrió con Peñarol.

En el segundo tiempo, el aurinegro mostró vergüenza, ganas de atacar a su rival, pero pocas ideas.

En eso tuvo mucho que ver la impronta del técnico, cuyo futuro está comprometido de cara al Clausura. Por mucho menos, Bengoechea, Gregorio Pérez y otros Dt con espalda más ancha se tuvieron que ir de la institución.

 

Árbitros: Estaban Ostojich; Mauricio Espinosa y Sebastián Silvera

Peñarol: K. Dawson; M. Corujo (76' N. Albarracín), F. Formiliano, R. Arias, L. Hernández; Á. Rodríguez (39' A. Silva), W. Gargano, G. Pereira (60' G. Rodríguez); C. Rodríguez; M. Rodríguez, D. Rossi (56' L. Cavallini). DT: L. Ramos.

Nacional: E. Conde; J. Fucile (71' D. Arismendi), A. Rogel, D. Polenta, A. Espino; Á. González, G. Porras, S. Rodríguez (81' F. Carballo); K, Ramírez (71' G. Bueno), S. Fernández (64' R. García); R. Aguirre (71' H. Silveira). DT: M. Lasarte

Gol: 27' S. Rodríguez (N)

Amarilla: G. Pereira, W. Gargano, C. Rodríguez, L. Cavallini (P); R. Aguirre, A. Rogel, G. Porras (N)

Roja: 63' A. Rogel (N)

 

Al final del partido, Lasarte habló con Tenfield sobre el clásico ganado. Hace 12 partidos que el tricolor se mantiene invicto.

Una encuesta propone Subrayado Primeras Noticias sobre el futuro de Leo Ramos.

 

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