Cráneo de Julio Castro "estallado por un impacto de alto calibre"

Así lo indica el estudio forense, según supo Subrayado. Uno de los secuestradores del hasta hoy desaparecido dijo "sentirse conmovido". Hoy colabora con los arqueólogos

 

"Cráneo estallado por bala de alto calibre". "Huellas indicando que los pies estuvieron atados con alambre". "Manos atadas con cuerda larga".

Estas son las principales conclusiones del estudio forense realizado sobre los restos humanos hallados el 21 de octubre en el Batallón 14, según datos a los que accedió Subrayado.

Hace instantes, la Presidencia de la República confirmó que los resultados del ADN corresponden a quien en vida fue Julio Castro, un militante independiente que había sido protagonista de la fundación del Frente Amplio.

¿Quién era Castro? La noticia de su hallazgo creó fuerte conmoción en el sistema político.

Hasta hace poco se creía que los restos de Castro habían sido incinerados y tirados al mar. Los hechos difundidos hoy indican que todo fue un engaño, de principio a fin, por parte de la dictadura que lo asesinó e intentó hacerlo desaparecer.

En la mañana del 1° de agosto de 1977, Julio Castro, de 68 años, fue secuestrado en la vía pública. Salía de la casa de su amigo Efraín Quesada en Francisco Llambí casi Rivera.

Eran las 10.30 horas. Antes de eso, había visitado al capitán de navío Oscar Lebel, otro amigo personal, y un oficial que estaba fuera de servicio por oponerse al golpe de Estado.

Castro estaba jubilado y había sido redactor responsable del clausurado semanario  "Marcha". Era un hombre que tenía serios problemas de salud: recientemente había sufrido una embolia y no podía mover uno de sus brazos.

Sus familiares hicieron la denuncia en la seccional 4° de Policía. Con él había desaparecido una camioneta marca Indio de su propiedad.

La única pista sobre su secuestro es la confesión del ex agente de inteligencia Julio César Barboza, participante en el operativo.

En 1985, Barboza contó que ese día, cuando llegaba a la oficina del Servicio de Información e Inteligencia, en Monte Caseros y Luis Alberto de Herrera, el oficial Juan Ricardo Zabala fue quien le ordenó acompañarlo a la misión.

Contactado por Subrayado, Barboza dijo sentirse "conmovido" y "emocionado" por la aparición de los restos humanos.

En 1985, realizó una conferencia de prensa en la sede de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay en la que develó su participación en el operativo.

El ex agente dejó la fuerza policial dos semanas después del secuestro. Desde entonces ha ido a declarar a juzgados y a las convocatorias de organismos de derechos humanos.

En 1977, Barboza tenía 19 años recién cumplidos. Según contó en su momento, él y sus compañeros esperaron un largo rato en la esquina de Rivera y Soca. Cuando lograron reducir a Castro se lo llevaron a la casona de Loreto Gomensoro y Millán.

El periodista Zero Hora Flavio Tavares -quien estaba siendo torturado allí- recuerda que el 2 de agosto de 1977 escuchó hablar por primera vez de "El Veterano". Mirá la entrevista que le hizo Subrayado en su momento

 

 

Nunca lo llegó a ver, pero sí escuchó su apellido: Castro. Y especialmente escuchó las burlas que, entre tortura y tortura, le iba haciendo el oficial que usaba el alias de "Julio César".

"Vos sos algo de Fidel Castro, ¿no?".

El detenido negaba el parentesco con pocas ganas, a lo cual el oficial volvió a retrucarle: "sí, claro que sos".

El 3 de agosto, Tavares escuchó a los agentes decir que "el veterano" estaba "jodido".

Castro era una personalidad política y un pedagogo reconocido internacionalmente, por lo que prácticamente enseguida comenzaron las presiones a la dictadura.  Sus investigaciones, realizadas en México y Ecuador, eran paradigmas consagrados en el mundo académico.

La segunda esposa de Castro, Zaira Gamundi, le escribió una carta al Teniente General Gregorio Álvarez, por entonces comandante en jefe del Ejército.

Gamundi le recordó  a quien luego iba a convertirse en dictador -con nulo resultado- un hecho paradójico: Castro había sido su maestro en la escuela Sanguinetti.

Para entonces, ya era demasiado tarde y "proceso cívico-militar" articulaba respuestas posibles ante la desaparición de Castro.

Los militares publicaron en el diario El País el 4 de octubre de 1977 un comunicado informando que Julio Castro había abandonado Uruguay con destino a Buenos Aires en el  vuelo 159 de Pluna del 22 de setiembre.

Julio Castro nunca abordó aquel avión. El periodista Ruben Cotelo, quien también iba en ese vuelo, no vio a su amigo e incluso pidió que lo llamaran por altavoz en cuatro ocasiones.

Curiosamente, viajaban rumbo a Buenos Aires en ese Pluna dos personas llamadas Julio Castro.

 



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