Subrayado Investiga: adopción en Uruguay

    La nueva ley aceleró los tiempos y el número de adopciones crece año a año. En 2013 fueron 115, 30 más que en 2012. Hablan autoridades, hijos y padres adoptivos.

     

    En 2013 fueron adoptados 115 niños, 30 más que en 2012. Y en lo que va de 2014, 22 niños ya viven con su nueva familia.

    El 24 de junio de 2013 se aprobó una ley que modificó el régimen de adopciones en Uruguay. A partir de ese momento el INAU es el único facultado para tramitarlas, eliminando el resto de las vías de adopción existentes en el pasado.

    Hay muchas más familias que quieren adoptar que niños en condiciones de ser adoptados, dijo Beatriz Scarone, directora del Departamento de Adopciones del INAU y destacó que la nueva ley le dio celeridad a los trámites y pautó tiempos al Poder Judicial para tomar las decisiones.

    Los niños llegan a los hogares que tienen convenio con INAU a través de una disposición judicial de amparo y, por lo general, su estadía allí es transitoria. Una vez que esto sucede, el Departamento de Adopciones del INAU es el encargado de buscar una familia para el niño y tiene 30 días para informar a la Justicia sobre el estado de cada pequeño.

    Además, la nueva legislación obliga a los organismos involucrados a confeccionar y dejar en archivo los antecedentes familiares de cada niño dado en adopción. Con esto se busca que siempre que quieran puedan conocer su origen y no deban rastrear en juzgados o depender de la memoria de quienes conocen su historia.

    Si bien las adopciones suelen tener un final feliz, hay niños a los que se hace difícil encontrar un nuevo hogar. Graciela Franco, director del Hogar del Bebé, explicó que las parejas llegan mayor mente buscando bebés, de meses, y a un niño de 3 años ya se le complica encontrar una familia.

    Los estudios indican que los niños deben estar el menor tiempo posible institucionalizados, ya sea en un hogar o en otras dependencias del INAU. Para eso, existe la figura de la familia amiga.

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    Hasta la aprobación de la ley que centraliza las adopciones en INAU se podía obtener un niño por distintas vías. Esto generaba problemas patrimoniales, sucesorios y hasta ausencia de información sobre el origen del niño. Hubo casos de apropiación: matrimonios que tomaban al niño y lo inscribían como hijo legítimo, sin un proceso de adopción atrás. Por ello no quedaban datos y no se podía conocer el origen del adoptado.

    Padres adoptivos aseguran que la felicidad que provoca la adopción es infinita y que entre sus hijos naturales y adoptados no hay diferencias. “Te cambia la vida, como te cambia tener un hijo”, dijo una mamá adoptiva, que a la vez reclama que se aceleren los plazos del proceso.

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